En el corazón de la antigua Ruta de la Seda, rodeada por fieros desiertos y altas montañas, se encuentra la mítica región de Transoxiana, nombre con el que los griegos denominaban las tierras más allá del río Oxus, el actual Amu Darya. El cauce sirve ahora de frontera natural entre Uzbekistán, al norte, y Afganistán y Turkmenistán, al sur.
Las riquezas que sugería el enigmático nombre de Transoxiana atrajo a los más avezados exploradores occidentales. Muchos de ellos perdieron la vida tratando de alcanzar las legendarias ciudades de Samarcanda, Bujara o Jiva, otros lograron regresar y relataron sus vivencias en las cortes y en los mercados europeos. La época de las caravanas hace siglos que pasó, pero las ciudades uzbekas siguen fascinando con sus magníficas obras arquitectónicas y sus coloridos bazares.