
El próximo 28 de marzo, La Valeta se viste de gala para conmemorar los 450 años de su fundación. Diferentes festivales de arte, espectáculos y conciertos respaldarán los motivos por los que este paraíso mediterráneo de sol y agua cristalina fue elegida recientemente como la Capital Europea de la Cultura para el año 2018.
La historia de La Valeta es una de las más ricas del Mediterráneo. Su situación estratégica la convirtió en una de las ciudades más codiciadas de la Antigüedad, cuando el Imperio otomano batallaba por asaltarla y por hacerse con el Gran Sitio de Malta donde se construiría la fortaleza amurallada que hoy deja sin habla a aquellos que se acercan a visitarla.
El diseño de la ciudad fue encargado a Franceso Laparelli, discípulo de Miguel Ángel
La primera piedra de la ciudad se colocó el 28 de marzo de 1566 por mandato del gran maestre de la Orden de Malta, Jean Parisot de La Valette, de quien la fortaleza adquirió su nombre. Hasta esa fecha, la capital maltesa no era más que un enclave militar que Carlos I de España había cedido a los caballeros de San Juan con dos condiciones: la primera de ellas es que debían de enviarle un halcón maltés al año; la segunda, evitar la desaparición del catolicismo en Malta ante la amenaza musulmana de los turcos.
Tras la derrota del Imperio otomano en el conocido como el Gran Asedio de Malta el 8 de septiembre de 1565, se decidió levantar una fortaleza. El diseño de la ciudad fue encargado a Franceso Laparelli, un arquitecto italiano discípulo de Miguel Ángel. Para su construcción, la Santa Sede envió un gran séquito de esclavos turcos y africanos. Una vez estuvo terminada, La Valeta se convirtió en un importante enclave comercial entre Oriente y Occidente. Su puerto comenzó a recibir a los barcos que seguían la ruta del Mediterráneo y que transportaban valiosas mercancías, lo que la convirtió en una de las ciudades más prósperas de Europa.

Para recuperar su esplendor, en 2009 el Gobierno de Malta encargó al arquitecto italiano Renzo Piano remodelar la fortaleza. Su diseño de la entrada fue tan rompedora, que finalmente se tiró abajo y se dejó un espacio diáfano en su lugar. Otra de sus novedades han sido el Parlamento, cuya fachada intenta imitar la erosión que han sufrido las piedras de sus murallas a lo largo de la historia; y un nuevo auditorio al aire libre sobre las ruinas de la antigua ópera, arrasada durante la Segunda Guerra Mundial.
Un lavado de cara para recibir a los viajeros que se sumarán a las celebraciones de su 450 aniversario. El programa incluye una representación sobre el Gran Asedio de Malta en el fuerte de San Telmo, así como varias obras callejeras donde se explicarán los momentos claves de la batalla. La bahía albergará diferentes exposiciones de barcos de la época y en ella se realizarán competiciones de natación, espectáculos acrobáticos y conciertos. Una cita a la que tampoco faltarán los miembros de la Orden de Malta, quienes presidirán algunos de los actos donde se honrarán a los caídos durante el asedio.