San Marco es el sestiere más transitado de Venecia. Sin embargo, el resto de distritos cuentan con una oferta cultural y de ocio que merece la pena ser visitada, tanto por su importancia histórica como por su encanto. Dorsoduro es uno de los distritos más vivos de la isla, pero no es el único en el que se pueden ver obras de arte renacentista, disfrutar de un buen spritz o asombrarse por los colores que irradia Venecia cuando cae el sol. Estas son las coordenadas imprescindibles para aquellos que ya conocen la ciudad, o para quienes quieran tener una experiencia diferente la primera vez que pisan sus calles.
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Castello
Castello es uno de los sestiere menos transitados de Venecia que engloba la zona de Giardini, Arsenale y Sant’Elena. Si bien es cierto que durante la Biennale la parte de Giardini y Arsenale se llenan de exposiciones y eventos culturales, es uno de los pocos lugares donde las ropas tendidas entre las casas y el corretear de los niños todavía permanece ajeno a la presencia del turismo. Uno de los lugares para evadirse favorito de los locales es Giardini. Allí parece que el tiempo se detenga. Con el skyline de la ciudad de los canales de fondo, uno puede practicar deporte, tomar un spritz o simplemente tumbarse en el césped para ver uno de los mejores atardeceres de Venecia. Inaugurado en 1807 de la mano de Napoleón, forma parte de los espacios verdes de la isola que, a diferencia de lo que puede parecer, no le faltan. Solo hay que saber encontrarlos.

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Ospedale Santi Giovanni e Paolo di Venezia
Del mayor hospital de Venecia no paran de ir y venir las ambulancias acuáticas que, por el Gran Canal, se abren paso ante la expectación del visitante que lo ve por primera vez. Sin embargo, el Ospedale SS. Giovanni e Paolo es mucho más que un centro médico. Su fachada de estilo renacentista, más similar a la de una iglesia que a la de un edificio civil, advierte de la importancia histórica de este espacio. En el siglo XV, en Venecia había seis organizaciones benéficas o scuolas, una especie cofradías donde se repartían limosnas, pero también financiaban dotes, educación, procesiones, bodas o entierros.
Una de ellas era la Scuola Grande di San Marco, que en el año 1807, bajo el dominio de Napoleón, se convirtió en el primer hospital militar austríaco, hasta que ya en el siglo XX, pasó a ser el hospital civil que se conoce a día de hoy. La fachada, compuesta por estatuas de mármol y un pórtico con columnas, anticipa la decoración interior. En la planta superior, se encuentra la guinda del pastel: los salones y la Sala dell’Albergo, que luce techos con casetones y acabado dorado realizados por Tintoretto. Fue este pintor de la escuela veneciana quien se encargó de la decoración interior de la Scuola Grande di San Rocco. A día de hoy, la mayor parte de cuadros que decoraban las paredes se han trasladado en lugares como la Galleria dell’Academia.
Fondamenta Misericordia
Ubicada en el sestiere de Cannaregio, es una de las fondamente más de moda entre los venecianos, ya que ofrece una rica variedad de bacaros y restaurantes de calidad. Il Paradiso Perduto es uno de los más conocidos y concurridos, donde los platos de pescado no paran de salir de la cocina. Otra de las especialidades es el Cacio e Pepe, un plato de pasta cocinado dentro de un enorme queso. Además, los conciertos que se celebran de vez en cuando atraen centenares de personas expectantes para adentrarse a uno de los locales con más tradición de Venecia. Cerca, Vino Vero cuenta con una gran oferta de vinos locales y cicchetti, igual que Mezzopieno, ubicado justo delante del Ghetto Nuovo, la plaza principal del barrio judío de Cannaregio.

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Cementerio San Michele
Hay muchas islas en Venecia que desprenden magia pero, sin duda, la que más destaca por su ambiente especial es la isla San Michele, donde se ubica el cementerio histórico de la ciudad. También conocida como 'La isla de los muertos', empezó a usarse como tal a inicios del siglo XIX, cuando Napoleón decretó que no podían enterrarse en el resto de la isla ni en terra ferma dadas las enfermedades e inundaciones. Sin embargo, la historia de esta isla ya había empezado años atrás, concretamente en el siglo X, cuando las familias Briosi y Brustolana mandaron construir la iglesia de San Michele. Es por esta iglesia por donde se accede al cementerio, donde están enterrados personajes reconocidos como Igor Stravinsky, Ezra Pound o Emilio Vedova, pero también otros ciudadanos que, a día de hoy, siguen recibiendo flores y visitas de sus familiares. En San Michele paran los vaporettos que se dirigen a las islas de Burano, Murano y Torcello. Una parada indispensable para comprender mucho mejor la historia e importancia de Venecia.

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Campo San Giacomo
San Giacomo es uno de los campos más concurridos por los locales y uno de los más grandes de la isla. Sus dimensiones lo convierten en un espacio ideal para que los niños correteen bajo los plátanos y acacias mientras los padres se encuentran con amigos en alguno de los bares de la plaza. Recibe el nombre de la Iglesia San Giacomo dell’Orio, donde se halla la tumba del pintor barroco Giovanni Battista Pittoni. Saliendo por la calle del Tentor, la Osteria da Filo es uno de los clásicos para tomar un spritz y escuchar jazz, mientras que la pizzeria Ae Oche tiene una vasta oferta de pastas y pizzas italianas a buen precio.

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IGLESIA SAN PANTALEÓN
En el sestiere de Dorsoduro, justo al lado de Campo Santa Margherita, el lugar por excelencia entre los universitarios, se erige la iglesia de San Pantaleón. Su exterior de ladrillos puede pasar desapercibido, pero en el interior atesora la que es probablemente la pintura sobre tela más grande del mundo, pues cubre todo el techo y parece más un fresco que un óleo. Pintada entre 1680 y 1704, se dice que el autor, Fiumani, murió al caer del andamio mientras la terminaba, tras veinticuatro años de trabajo.

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Río San Trovaso
Algunos ya lo conocerán por ser el lugar de reparación de góndolas por excelencia de Venecia, pero el encanto de este lugar supera todas expectativas. La fondamena que conecta Zattere con l’Accademia se llena de estudiantes al atardecer que, entre spritz y cicchetti, disfrutan de la calma y los colores de Venecia. Las ombre tampoco paran de servirse en la Osteria Al Squero y la Cantina del Vino gil Schiavi. Desde allí, es indispensable acercarse al Canal de la Giudecca para ver el atardecer y caminar hasta Campo Santa Margherita si se quiere alargar la noche.

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Isla Mazzorbo
En Venecia también hay viñedos y huertos. Esta isla, ubicada en el norte de la laguna y unida a la colorida Burano por un puente, fue un importante centro de comercio, pero en la actualidad es conocida por sus terrenos, donde se cosecha una uva milenaria: la uva dorada. Por aquel entonces, los viñedos eran recurrentes en Venecia junto a otras cosechas. Las enfermedades e inundaciones acabaron con los cultivos y Venecia empezó a modificarse para llegar a tal y como la conocemos hoy en día. Ya en el siglo XXI, Gianluca Bisol visitó la isla y vio que justo al lado de la iglesia de Santa Catalina había un jardín y decidió volver a llenar Mazzorbo de viñedos.

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el hotel emplazado en un molino harinero
El edificio que alberga el Hilton Molino Stucky Venice es un claro ejemplo de arquitectura industrial. Fue construido en el siglo XIX y estuvo en funcionamiento hasta el XX como molino harinero, hasta que se remodeló para dar lugar a uno de los alojamientos más interesantes de Venecia. Ubicado en la isla de la Giudecca, desde su terraza se puede ver una perspectiva diferente e interesante de la ciudad de los canales. Justo en frente, se encuentra la fondamenta delle Zattere, desde donde los atardeceres no se conciben sin un skyline formado por el Hilton y la vecina fábrica Fortuny, abierta en 1921 y aún utilizada para materializar las joyas textiles que impulsó Mariano Fortuny.

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Punta della Dogana
La historia de este espacio empieza en el siglo XVII, cuando Giuseppe Benoni construyó un edificio de planta triangular coronado por la Palla d’Oro, una esfera de bronce dorado que representa el mundo y que, con la estatua Occasio encima, gira para indicar la dirección del viento. Gracias a su su posición central entre el Gran Canal y el Canal de la Giudecca justo en frente de Piazza San Marco, en tiempos de la República de Venecia adquirió protagonismo para el desarrollo comercial de Venecia. La construcción se completó en 1682, cinco años antes que la vecina Basílica de Santa Maria della Salute. Este edificio industrial formó parte de la historia de la ciudad hasta 1980, cuando quedó abandonada. Sin embargo, veinte años más tarde, resurgió para convertirse en un espacio de arte contemporáneo. Las obras de remodelación del espacio acabaron en 2009, cuando la Punta della Dogana abrió al público para presentar exposiciones temporales. Junto al Palazzo Grassi, ambos conforman los dos museos de arte contemporáneo de la colección Pinault.

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Università Ca'Foscari
Venecia está llena de palacios, muchos de ellos utilizados para albergar museos o espacios de la administración, pero algunos de ellos también se han transformado en universidades. Este palazzo gótico es la sede principal de la Università Ca’Foscari, una de las más importantes de Venecia. Su entrada principal se sitúa en el sestiere de Dorsoduro, cerca de Campo Santa Margherita, pero la fachada da al Gran Canal y desde su interior se pueden apreciar unas vistas envidiables de este.
Como sede histórica de la universidad, está abierta al público y, en ocasiones, es posible acceder a alguna de sus salas más bellas, como el Aula Baratto y el Aula Berengo. La estructura de Venecia hace que la actividad universitaria no se concentre en un espacio, sino que las aulas estén repartidas por diferentes edificios, algunos de ellos verdaderas joyas donde hacer clase se convierte en un viaje en el tiempo.
Bacareto da Lele
De por sí, los bacaros venecianos son de tamaño reducido, pero Bacareto da Lele se ha convertido en uno de los más íntimos y pequeños de Venecia. Tanto, que la vida se hace en la calle. Así es Venecia, un lugar donde los famosos cicchetti y spritz saben mejor si se toman de pie en medio de un campo o al borde de un canal. Bacareto da Lele es un histórico local, famosos por los bocatines y las ombras, el vino de la casa, que abre sus puertas a las 6 de la mañana para atender a los locales que llegan o se van de Venecia, pues está cerca de Ferrovia y de la estación de Santa Lucia, así como de una de las principales entradas en barco. Está en Campo dei Tolentini, en el sestiere de Santa Croce, una de las zonas más alejadas del centro de Venecia.