Con la llegada del calor y el buen tiempo, ya se ha normalizado el hecho de ver playas abarrotadas de gente dejando postales como las de Benidorm, en que las sombrillas y las toallas cubren casi al completo la arena como si fuese una alfombra multicolor. Esa imagen ha cambiado, al menos durante este verano. Los controles para acceder a las playas y las estrategias diseñadas para mantener la distancia de seguridad dificultan esta imagen icónica de los últimos años.
La preocupación por sufrir un rebrote que vuelva a sumergir al país en un segundo confinamiento hace que mucha gente se interese por el estado de las playas. En este contexto la tecnología juega un papel esencial, como es el caso de las webcams. Varias empresas están instalando pequeñas cámaras en las playas que emiten en directo las veinticuatro horas del día y que permiten a los bañistas ver el aforo en tiempo real. Uno de los lugares donde ya hay más dispositivos de este tipo son las Islas Canarias. Sólo la plataforma Skyline, una de las más populares, mantiene activas hasta 40 webcams alrededor de todo el archipiélago canario. Estas son algunas de ellas: