Bérgamo: Dos ciudades en una
Bérgamo cuenta con todo el encanto de una remota ciudad italiana cuando la realidad es que está en el centro de todo. Mucho tuvo aquí que ver la accesibilidad ganada gracias a su pequeño aeropuerto, que creció en número de vuelos para ofrecer a aquellos viajeros un punto de partida para los esquiadores que se dirigen a los ocho centros turísticos de montaña de Lombardía, o como puerta de entrada a los lagos y viñedos de la región que de tanta personalidad han dotado al destino.

Murallas de Brescia. Foto: iStock
En las estribaciones de los Alpes, Bérgamo ofrece una experiencia de escapada urbana dos por uno gracias a su curioso desarrollo urbanístico, que divide la ciudad en dos: la Città Alta (ciudad alta) y la Città Bassa (ciudad baja). Y mientras en la parte de arriba las calles empedradas y los estrechos vicoli (callejones) resumen los vestigios perfectamente conservados de un pasado glorioso alrededor de su Piazza Vecchia, la Città Bassa deja de lado el ambiente medieval y presume de un elegante desarrollo urbano con grandes bulevares y animados bares mucho más cercanos al siglo XXI.
La mejor forma de moverse entre una y otra es caminando, aunque hay que estar verdaderamente en forma, o haciéndolo a través del funicular del siglo XIX cuyos dos pequeños vagones hacen un ascenso casi vertical a través de las diferentes capas de historia que han ido dibujando la ciudad. Desde lo alto, y aunque sin poder verse, sí que puede sentirse la resiliencia de una de las ciudades italianas más afectadas por la pandemia y que este año luce orgullosa el haber sido nombrada, junto con Brescia, Capital Italiana de la Cultura. Un impulso más que necesario para su vuelta a la vida.

Basílica de Santa Maria Maggiore Foto: iStock
Qué ver en Bérgamo (y en sus dos ciudades)
Durante casi 400 años, desde principios del siglo XV, Bérgamo formó parte de la República de Venecia, así que mucho hay que agradecerle a los venecianos aquí, desde la construcción de las murallas de piedra que velan por la Città Alta, hasta un legado artístico e histórico de incalculable valor. Y para muestra, su Piazza Vecchia, el corazón y centro de Città Alta. Aquí se encuentra el Palazzo della Ragione, cuyo origen románico data del siglo XII y por eso se dice que es el ayuntamiento más antiguo existente en el norte de Italia, aunque hoy ya no funcione como tal. Y atención, el placer de una ‘passeggiata’ por Bérgamo debe incluir una parada en La Marianna, el lugar donde cuentan se inventó la stracciatella, en 1961, a raíz de una especie de sopa preparada con caldo y huevo batido.

Fachada de Santa Maria Maggiore Foto: Shutterstock
En un plano más místico, en la Basílica Santa Maria Maggiore las rigurosas líneas románicas del exterior contrastan con el explosión barroca del interior, llevándose todo el foco de atención. Majestuosa e imponente, es la iglesia más hermosa y la más querida por los bergamascos. También es el lugar de enterramiento de Donizetti, el amado maestro de ópera del siglo XIX de Bérgamo. A su vera, aunque anulada completamente por la belleza de Santa Maria Maggiore, también se encuentra el Duomo.
MÁS INFORMACIÓN
Basílica Santa Maria Maggiore
Dirección
Piazza Duomo, 5
Horario
Horario: Hasta el 31 de octubre, de lunes a sábado, de 9 a 12:30 y de 14:30 a 18h. Domingo de 9 a 13 y de 15 a 18h.
Precio
Entrada general: 3€.

Piazza Vecchia Foto: iStock
Pueden presumir y presumen: en la Accademia Carrara se encuentran algunos de los mayores éxitos del arte italiano. Esta pinacoteca condensa más de 2000 piezas que datan de los siglos XV al XVIII, con obras maestras religiosas y renacentistas de la talla de Mantegna, Lorenzo Lotto, Giovanni Bellini, Rafael, Tiziano y Botticelli. Su visita es del todo imprescindible, así como también lo es caminar por las empedradas (e incómodas) calles que unen la Città Alta con este espacio de arte y belleza; las vistas panorámicas de las llanuras brumosas y el legado histórico en una misma instantánea lo compensan todo.
Más información
Dirección
Piazza Giacomo Carrara, 82.
Horario:
Lunes, miércoles y jueves de 10 a 18h. Los viernes, sábados y domingos de 10 a 19h. Martes cerrado. (Del 29 de agosto al 26 de Enero 2024, la Accademia Carrara cerrará por nuevo montaje de exposición).
Precio
Entrada general: 15€
Y abajo, en la Città Bassa, se encuentra el Teatro Donizetti que, construido a principios del XVIII, está dedicado al compositor Gaetano Donizetti, nacido en Bérgamo. Con una programación prácticamente centrada en la ópera, aquí la acústica es brutal, como también lo son los techos repletos de frescos que hacen que volver a mirar al suelo (o al escenario) resulte complicado.

Foto: Shutterstock
Aquí no hay pizza
En Bérgamo hay que comer pasta. La más típica son los casoncelli, que son una especie de ravioli con forma de caramelo rellenos de carne picada, pan rallado y galleta y queso, y que tradicionalmente se sirven con una salsa de mantequilla y salvia. También están los pizzoccheri, una pasta de trigo, verduras, queso fontina derretido, parmesano y también salvia. Y nadie debería acabar ninguna comida son la nota dulce, dulcísima, que aporta la Torta di mele, un pastel de manzana que es uno de los favoritos locales.
En la Trattoria Sant’Ambroeus se puede disfrutar de platos como los anteriormente mencionados además de muchas otras especialidades locales, seguramente servidas con polenta, algo que les encanta a los bergamascos. Ubicada en la misma Piazza Vecchia, además de comer bien, aquí se puede comer con unas espectaculares vistas al legado histórico, cultural y arquitectónico de la ciudad, además de a la torre del reloj que preside la plaza.

Camarera de Ol Giopì e La Margì. fOTO: Ol Giopì e La Margì
En el restaurante Ol Giopì e La Margì los camareros visten el traje típico de la región de Brembrana, famosa por sus deliciosos quesos. Ubicado en la Città Baja, este restaurante es uno de los más antiguos de Bérgamo y lleva, desde sus orígenes, sirviendo platos deliciosos, pero también revalorizando la cultura y la tradición gastronómica del territorio. Aquí sirven una variada selección de productos de temporada como trufas, champiñones, caza y mariscos, pero también los clásicos de la cocina típica de Bérgamo como casoncelli, embutidos, polenta o quesos DOP.
Y aunque aquí no haya pizza ni tampoco playa, el placer del agua viene servido en cualquiera de los lagos cercanos a la ciudad, como el Lago D’Iseo, ubicado entre las provincias de Bérgamo (orilla occidental) y la de Brescia (orilla oriental) en la región de Lombardía, a donde los locales acuden a navegar o simplemente a pasar el día. Es el broche de oro a un viaje entre una ciudad monumental y un paisaje de naturaleza única.