Aveyron preserva su carácter gracias al vínculo entre la economía agropastoral y el entorno, una práctica catalogada como Patrimonio Mundial de la Unesco en los parques naturales de Grands Causses y Cévennes. Esta riqueza cultural y paisajística se admira fácilmente durante una estancia en cualquiera de sus idílicas poblaciones, aprovechando los días para degustar su famoso queso roquefort o bien para explorar los caminos y cañones fluviales de los vecinos departamentos de Gard, Lozère o Ardèche.