A camino entre Oriente y Occidente, Albania es uno de los países del sur de Europa más auténticos y desconocidos. Situado en la península de los Balcanes, hace frontera con Grecia, Macedonia del norte, Kosovo y Montenegro, y sus cerca de tres millones de habitantes residen en un territorio de un tamaño similar al de la región de Galicia.
Albania vivió durante más de cuatro décadas bajo un férreo régimen comunista que mantuvo al país aislado del mundo hasta 1991. A pesar de llevar treinta años como república parlamentaria y de desarrollar una paulatina apertura hacia el exterior -desde 2014 tiene el status de país candidato a formar parte de la Unión Europea-, aún conserva una naturaleza salvaje y sigue siendo un destino todavía poco frecuentado por el turista extranjero. ¿Su punto de partida ideal? La Riviera Albanesa, una pequeña serendipia en el suroeste del país que combina a la perfección playas, atardeceres únicos y -también- unos precios imbatibles.