
Entre la cordillera de los Vosgos y la Selva Negra, siguiendo el curso del Rin, emerge una región de lagos y viñedos, fortalezas y pueblos con casas de madera vista. Fronteriza con Suiza y Alemania, Alsacia ha sabido preservar su seña de identidad a lo largo de los siglos. Estrasburgo pone el punto de partida de esta ruta que repasa los imprescindibles de Alsacia hasta Mulhouse, pasando por el espectacular Colmar y los pueblos de la Ruta del Vino de Alsacia: Riquewhir, Ribeauvillé y Kaiserberg.