Desde la irrupción de sus primeros diseños en el panorama internacional en los años 80 del siglo pasado, el arquitecto canadiense se ha convertido en un abanderado del vanguardismo. Se le ha definido también como el arquitecto-escultor, pues sus propuestas pretenden ser, además de funcionales, estéticamente placenteras. La personalidad de sus creaciones está asociada a grandes estructuras en las que se combinan diversos materiales y colores que crean juegos de contrastes enfatizados por las formas geométricas y de que dan como resultado construcciones arriesgadas y casi irreales. El impacto en cada lugar es indiscutible, especialmente porque el arquitecto siempre trata de acercarse a la historia del territorio, integrar el edificio en el paisaje y adaptar el diseño al proyecto o institución que tiene como objetivo albergar. Este es un breve retrato aproximado de Frank Gehry y estos algunos de sus edificios más emblemáticos.