Uno de los aspectos más atractivos de Vietnam es el sugerente contraste que ofrece la armónica convivencia entre tradición y modernidad. Algo que puede verse reflejado en las grandes metrópolis como Hanoi o Ho Chi Minh, que hierven de actividad día y noche, y las pequeñas aldeas de montaña o de la costa donde se mantienen vivas las raíces culturales y las tradiciones más antiguas. Su perfil alargado y barrigudo se extiende sin complejos por el Mar de la China Meridional ofreciendo más de 3.000 kilómetros de costa que cuyas paradas imprescindibles descubren un patrimonio natural único y un remate de alto nivel: el impredecible delta del Mekong, un auténtico país dentro de otro donde activar los sentidos será indispensable para reconocer todas los colores y aromas deambulando entre canales y mercados flotantes.