Una visita al Jerusalén histórico

Miles de años de historia son la guía perfecta para este itinerario por las calles de la mítica ciudad

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Cúpula de la Roca

El templo coronado por una cúpula dorada fue construido por el noveno califa que gobernaba la ciudad en el siglo VII. Este lugar es considerado sagrado por la tradición musulmana, que cree que la roca del centro es el punto exacto desde donde Mahoma ascendió al cielo para reunirse con Dios, y también para la tradición judeocristiana, que cree que era el lugar donde Abraham debía sacrificar a su hijo Isaac. 

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Muro de las lamentaciones

Desde que el Templo de Salomón –construido en el siglo X a.C.– fuera destruido por las legiones romanas del emperador Vespasiano, el Muro de las lamentaciones es la única parte del templo que quedó en pie. El Judaísmo lo considera la construcción más sagrada, convertida también en un lugar de oración. 

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Iglesia del Santo Sepulcro

Dentro de la Ciudad Vieja se halla este templo sagrado para el Cristianismo con sus reconocibles cúpulas azules. El edificio alberga los lugares donde, según la tradición cristiana, tuvo lugar la crucifixión y la resurrección de Jesús. Además, alberga también su sepulcro. Su construcción se inició en el año 325, bajo el gobierno del emperador Constantino. 

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Puerta de damasco, Murallas de Jerusalén

El perímetro de estas murallas rodea la zona de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Fueron levantadas en el siglo XVI por orden de Solimán el Magnífico, cuando la ciudad estaba bajo el gobierno del Imperio otomano. Tenía ocho puertas de entradas que todavía hoy se conservan: la puerta de Damasco, la de Herodes, la de los Leones, la Dorada, la de Dung, la de Sión, la de Jaffra y la Nueva. 

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Vista de la ciudad desde el Monte de los Olivos

Esta colina poblada de olivos alberga varios templos cristianos como la iglesia de Getsemaní, donde Jesús fue apresado, o la de Santa María Magdalena. Desde el punto más alto, el Monte de los Olivos es el mejor lugar para una panorámica de 360 grados de la ciudad y el desierto que se extiende a sus espaldas.

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Museo Torre de David

Para conocer y entender los 4.000 años de historia de la ciudad de Jerusalén es imprescindible visitar el Museo Torre de David. Además de las vistas desde lo alto de la torre, las distintas salas y los propios vestigios arqueológicos son los testimonios que mejor explican el pasado de Jerusalén.

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Via Dolorosa

En el corazón de la Ciudad Vieja de Jerusalén se encuentra esta calle que se ha tomado tradicionalmente como el camino que hizo Jesús con la cruz cargada a sus espaldas camino de la crucifixión. A lo largo de esta pequeña ruta se pueden ir observando las referencia a los distintos pasajes del Viacrucis, cuya última etapa se encuentra en la iglesia del Santo Sepulcro. Una gran cantidad de peregrinos acude a visitar este enclave periódicamente. 

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Piscina de Siloé, Ciudad de David

El lugar que vio nacer la ciudad ha sido convertido en un parque arqueológico que explica los orígenes de Jerusalén, conquistada por el rey David en el año 1004 a.C. Entre los diferentes vestigios se halla la piscina de Siloé, a dónde llegaba el arroyo Gihon que, pasando por el túnel de Ezequiel, se supone que abastecía de agua a los habitantes de la ciudad. 

Una pequeña urbe que se ha creado sobre un amalgama de tres religiones

Las grandes paradas de un recorrido histórico por la ciudad se encuentran en su mayor parte dentro de las murallas de la Ciudad Vieja.

, cuyos latidos todavía parecen oírse en cada una de las piedras que pisamos.

Actualmente, la ciudad se ha ido modernizando, pero el peso de un pasado del que parece complicado pasar página sigue empeñado en seguir conviviendo con las transformaciones de los tiempos modernos, y convulsos.
Muchos de los visitantes acuden a esta mítica ciudad con la intención de saciar una vocación peregrina, pues Jerusalén, y más concretamente la Ciudad Vieja, alberga los lugares más sagrados del Islam, el Judaísmo y el Cristianismo.

El legado histórico que guardan los muros de esta ciudad ha sido reconocido por la Unesco, que ha declarado Patrimonio de la Humanidad la Ciudad Vieja y sus murallas. Además, otros grandes monumentos como la Cúpula de la roca, del siglo VII, el Muro de las lamentaciones o la basílica donde de halla el sepulcro de Cristo hacen de esta ruta histórica un destino imprescindible.

Y para terminar, en la cima del Monte de los olivos, fuera del barrio antiguo, ofrece la mejor panorámica de una ciudad y el espacio ideal para poner en orden las ideas después de unas visitas tan intensas.