Cáceres tiene fecha de nacimiento. El año 79 a.C., el cónsul romano Quinto Cecilio Metello estableció un campamento en lo que hoy es la ciudad antigua. Los visigodos primero y los hispanomusulmanes después dibujaron su abigarrada trama urbana. Tras la conquista cristiana en 1229, la ciudad se llenó de palacios y casas solariegas. Desde entonces, Cáceres arrastra una historia que la hace ser una de las ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. Fue cuna de conquistadores de América y las riquezas que trajeron del Nuevo Mundo tienen su reflejo en uno de los conjuntos monumentales más deslumbrantes de España, declarado Patrimonio Mundial en 1986.
La plaza Mayor es el centro vital. Entre soportales reúne el Ayuntamiento, el Foro de los Balbos y el torreón de la Yerba. Pero es la Torre de Bujaco, erigida en época almohade sobre sillares romanos y rematada con almenas en el siglo xviii, la que más se hace notar. A sus pies se abre el Arco de la Estrella, la puerta más señorial de la ciudad intramuros, labrada de forma oblicua para permitir el paso de los carruajes.