La frontera entre la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) y la República de Corea (Corea del Sur) es la encargada de delimitar los territorios entre estados, pero es realmente la DMZ (Zona Desmilitarizada entre las dos Coreas) la que marca las distancias entre países.
En 1950 la Guerra de Corea estalló entre ambos regímenes, dando lugar a un vaivén de ocupación de la península por cada una de las partes durante los siguientes tres años. Al principio (agosto de 1950) fue Corea del Norte quien tenía en su poder la mayor parte del territorio; poco después Corea del Sur, junto al apoyo de tropas estadounidenses y extranjeras, dio la vuelta a la tortilla y tornó la situación a favor de los surcoreanos (octubre de 1950). Cuando Corea del Sur tenía la batalla casi ganada, un grupo de “voluntarios” procedentes de China salvó al régimen comunista de Corea del Norte realizando un contraataque que consiguió recuperar una parte del territorio de la península, dejando la “frontera” en el lugar que hoy en día delimita ambos países.
En definitiva; visitar la frontera entre Coreas es una forma fugaz de sentir la tensión de una guerra que aún perdura, oculta, entre dos sociedades totalmente dispares y divididas por 4km de represión, tiranía y armas.