Europa se viste de Navidad. El olor a canela y vino especiado se esparce por las calles y plazas de las principales ciudades, ya se han encendido las luces de los árboles y las paradas ofrecen un impresionante surtido de regalos y artesanía para estas fechas. Y es que hemos entrado de lleno en el periodo del Adviento, que se comienza cuatro semanas antes del día de Navidad.
La tradición de los mercadillos navideños nació en Alemania, fue Dresde, allá por el siglo XV, la primera ciudad que llenó su centro histórico de pequeños puestos en los que vendían comida y se repartía vino caliente con especias para vencer el frío implacable. La costumbre se extendió a otras muchas ciudades centroeuropeas y ha ido creciendo hasta hoy en que se ha consolidado como una cita anual que atrae a viajeros de otras latitudes ávidos de vivir la Navidad más tradicional.