Ocho tesoros medievales

Zamora, la ciudad con más iglesias románicas del mundo

La capital zamorana reúne en su centro histórico y alrededores una veintena de templos que forman parte de un excepcional legado arquitectónico que proliferó en la provincia a partir del siglo XII.

Zamora es una villa rebosante de arte románico. En un país con un legado de ese estilo artístico excepcional por el número de monumentos y por su conservación, la reposada ciudad castellana ocupa un lugar destacado. Nacida a orillas del Duero en un territorio inexpugnable, Zamora conserva una veintena de templos construidos en los albores del siglo XII, fruto de su apogeo durante la Edad Media y de la expansión peregrina del Camino de Santiago, vector de entrada de un «novedoso» estilo nacido en el corazón de Francia y que rápidamente proliferó en aquel Reino de Castilla y León. Sorprende imaginar el trasiego que se debía vivir en sus calles, cuando en aquel enclave medieval se erigían a la vez una docena de iglesias, con maestros artesanos, albañiles, canteros... y otros oficios complementarios llegados en aquellos años de efervescencia artística. Zamora invita hoy a seguir la Ruta del Románico por su núcleo antiguo declarado Conjunto Histórico-Artístico.

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Catedral de Zamora

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Catedral de San Salvador

La zamorana es una de las catedrales más antiguas de Castilla y León, y puede que por ello sea de las más pequeñas también, a pesar de que en 1889 ya fue declarada Monumento Nacional. En la cuenca del Duero solo se preservan tres templos medievales con cruceros coronados por un cimborrio bizantino de influencia oriental: la Catedral de Salamanca, la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro, cuyo pórtico de la Majestad es una joya románica con policromía original, y la Catedral de San Salvador de Zamora, la primera del trío en iniciar su construcción.

Zamora fue sede episcopal permanente desde el año 1120, justo cuando comenzó a erigirse la Catedral zamorana hoy situada en el extremo occidental del núcleo amurallado, a los pies del Castillo. Tiene planta de tres naves con capillas añadidas en el siglo XV, y una torre lateral cuadrada con cinco cuerpos que transmite robustez, un efecto buscado en los siglos de contiendas territoriales. Pero es el mencionado cimborrio lo que caracteriza al principal templo zamorano, rematado con piedras talladas que simulan escamas semicirculares que en aquella época simbolizaban el «cielo visible», una decoración que contrasta con la austeridad imperante. En el interior destacan la sillería del coro, del siglo XVI, y la colección de tapices de la Escuela Flamenca.

Iglesia de San Claudio de Olivares

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San Claudio de Olivares

Esta pequeña iglesia de inicios del siglo XII está considerada la más antigua de la ciudad. Se localiza en la Plaza de San Claudio y ya se menciona en un documento de 1176. Parece ser que el maestro que dirigió las obras de San Claudio de Olivares fue un gran escultor que había traído a Zamora la escultura de los primeros años del Románico, posiblemente desde León donde había trabajado en edificios vinculados a la Ruta Jacobea. La pieza maestra que legó a esta iglesia es el Capitel de los Centauros, de contenido erótico.

Por cierto que cerca de San Claudio, en la otra orilla del arroyo Valderrey, merece un paseo la iglesia de Santiago el Viejo, o de los Caballeros (siglo XII). En el Romancero Zamorano, una recopilación de textos épicos medievales, se indica que allí fue armado caballero el Cid, de ahí el sobrenombre del templo. Puede que esta vinculación bélica tenga también algo que ver con las escenas talladas en varios capiteles, consideradas bárbaras y rudas, donde se reproduce un mundo de luchas apocalípticas.

Iglesia de Santa Maria la Nueva de Zamora. Iglesia de Santa Maria la Nueva

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Santa Maria la Nueva

Santa María la Nueva es una joya del románico primitivo de Zamora. En la plazoleta que lleva el nombre de esta iglesia, muy cerca de la Plaza Mayor famosa por sus mesones, se erige este templo de finales del siglo XI, de cuando conserva la cabecera y una parte del muro meridional. Sin embargo, se sabe que fue incendiada en 1158 durante el motín popular «de la trucha», cuando en su interior había reunido un grupo de nobles. Un siglo más tarde, había sido reedificada con un ábside y capiteles historiados. La espadaña fue añadida en el siglo XVII. En su interior se guarda una pila bautismal románica, cuya copa es recorrida por barquillos entre los que hay esculpidas escenas del bautismo de Jesús, un ángel y clérigos medievales. Junto a Santa María se puede visitar el Museo de la Semana Santa de Zamora, donde se muestran algunos de los pasos religiosos más artísticos de España. 

iStock-1267372770. Santa María Magdalena

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Santa María Magdalena

Situada en la Rúa de los Francos, la iglesia de Santa María Magdalena aparece mencionada en un documento de 1157, aunque el templo no figura completado hasta mediados del siglo XIII. Perteneció a la Orden de San Juan, y parece ser que ante su portada se administraba justicia en tiempos medievales. Tiene una sola nave de planta rectangular que se une al semicírculo del ábside. Entre sus tesoros artísticos se hallan un rosetón de lóbulos punteados en forma de diamante en la parte superior y capiteles labrados con figuras de dragones, aves híbridas con cabeza humana y otras figuras de ficción. En la Edad Media, cuando la mayoría de personas no sabían leer ni escribir, la religión recurría a la imágenes y esculturas para difundir su doctrina, reglas y profecías.

shutterstock 1089334211. Iglesia de San Juan

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San Juan Bautista

En la plazuela de San Miguel, la iglesia de San Juan Bautista, o de la Puerta Nueva, evidencia una construcción de mediados del siglo XII, que continuó hasta entrado el siglo XIV. Dominada por una solemne torre cuadrada, lo más remarcable del exterior es la portada sur principal, flanqueada por dos esbeltas columnas adosadas y tres arquivoltas de medio punto que muestran una delicada decoración. En la parte exterior de las columnas hay esculpidas flores abiertas y en la interior, formas geométricas mezcladas con motivos florales. Otra joya en piedra de esta iglesia es un rosetón de rueda de carro que hoy se ha convertido en el símbolo característico del románico zamorano.

iStock-1341866953. Iglesia de Santiago del Burgo

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Santiago del Burgo

Los primeros documentos que se conservan de esta iglesia hoy situada en la calle de Santa Clara hablan de donaciones particulares para su construcción. En su origen fue alzada extramuros, fuera de la primera muralla que rodeaba al burgo primitivo, quedando posteriormente encajada por un segundo anillo amurallado. Perteneció a la Orden de Santiago de Compostela. Su interior alberga columnas con capiteles en los que aparecen elementos decorativos de temática algo exótica, como un Sansón y el león o David con una honda. Para las gentes del románico, la función del arte escultórico no era otra que comunicar a los feligreses la realidad divina, por eso este estilo artístico es rico en obras labradas en piedra, ya fuesen para una modesta ermita, un sobrio santuario o una imponente catedral. 

shutterstock 428498065. Iglesia de San Pedro y San Ildefonso

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Iglesia de San Pedro y San Ildefonso

No demasiado distante de la Catedral zamorana se halla esta iglesia, en la Plaza de San Ildefonso. Sobre cimientos de posible origen visigodo fue reedificado este pequeño templo cristiano entre los siglos XII y XIII. Sin embargo, fue con la remodelación y ampliación llevadas a cabo en el XV cuando el monumento adquirió su fisonomía actual, transformando el sencillo templo primitivo de tres naves en otro cubierto con cuatro bóvedas y con una robusta torre campanario adosada a la fachada.

shutterstock 2120080142. Iglesia de San Isidoro

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San Isidoro

En la plaza homónima, la primera referencia documentada de la iglesia de San Isidoro data del año 1178. Parece ser que el dinero para construir la iglesia fue donado por Doña Sancha, hermana de rey Fernando VII de León, en recuerdo del paso del cuerpo de san Isidoro por la ciudad castellana. Este templo ofrenda se erigió junto al Castillo y muy cerca de la Puerta de la Traición, hoy llamada de la Lealtad. Según los romanceros y crónicas medievales, fue por este portal por el que el legendario noble leonés Vellido Dolfos entró en la ciudad tras haber dado muerte el año 1052 al rey Sancho II perseguido por El Cid. La iglesia de San Isidoro también es conocida como el Carmen del Castillo, desde que en 1688 fue elegida sede de esta cofradía.