Una dulce transición
No hay asfalto en Ávila que pueda reducir la presencia de su muralla románica, que abraza en su confín norte a este coqueto hotel de 10 habitaciones. Antigua casa de veraneo del presidente Adolfo Suárez, cuya impronta sigue marcada en espacios como la recepción, antiguo despacho del mandatario, hoy La Casa del Presidente sirve como escapada a apenas hora y media en coche desde Madrid. La tranquilidad se respira en las habitaciones y el jardín, cuya vista central la ocupa una piscina, respaldada por la muralla de la ciudad, que la acoge, convirtiéndola en la única piscina de hotel intramuros de la ciudad. Su propuesta culinaria supone un paseo por la gastronomía abulense, en especial desde el desayuno. Quesos del Tiétar y de Gredos se suceden así en la misma mesa que los embutidos, las confituras caseras o los panes, provenientes de Sotillo de la Adrada, al sur de la provincia. Sin duda, una recarga de pilas que sirve para afrontar un día de turismo en la ciudad, las más alta de las capitales castellanas.