Estocolmo

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Estocolmo (Suecia)

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En el #2: Estocolmo (Suecia)

Aunque no es la ciudad con más ciclistas urbanos del país, sí que es la más preparada para proporcionar este servicio a sus habitantes. En concreto, 913 km de carriles bici atraviesan la ciudad, en muchos casos, separados del tráfico de vehículos a motor. En una ciudad en la que los coches tienen que pagar para entrar, este medio de transporte ecológico ha ganado mucho peso.

En la capital existe un servicio de bicicletas público que puede usarse entre abril y octubre, y los parkings son infraestructuras habituales a lo largo de la ciudad. Aprovechando que el verano de Suecia no suele superar los 25 grados, turistas y habitantes pueden disfrutar del aire libre circulando por vías que, además, son respetuosas con los peatones, ya que su diseño, con barreras naturales o arquitectónicas, ponen una separación clara entre ambos espacios.

Estocolmo

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Estocolmo

La palabra en sueco que denomina la capital, Stockholm, deriva de la rama germánica de las lenguas indoeuropeas y proviene del nórdico antiguo Stokholmr, que se compone de las palabras stock, que significa tronco, y holm, que significa isla pequeña. Esto se traduce como 'islote de leño o tronco', y se cree que este nombre se adoptó porque en aquella época, para defenderse, los asentamientos construían barreras con árboles a su alrededor.

iStock-1150304928. No sin mi patinete

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No sin mi patinete

Parece que todo el mundo va en bicicleta por la ciudad. Por la tarde, se forman auténticas procesiones de ciclistas que van o vienen alegremente por todo Estocolmo, pero los patinetes eléctricos se están haciendo cada vez más presentes en las calles. La verdad es que es una gozada desplazarse a buen ritmo y contagiándose de la especial vibración veraniega de la ciudad. Todo usuario es libre de coger su patín y dejarlo donde le venga mejor, algo que está causando algunos problemas logísticos. Hay diversas empresas (como UFO, Li, Glyde o Vois) y se puede descargar su aplicación para rodar eléctricamente con total libertad.

 
Summer bar with a view. El dulce arte del 'terraceo'

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La dolce vita del 'terraceo'

En Estocolmo, con la llegada de la primavera, la vida comienza a vivirse de terraza en terraza. Por normativa, pueden abrir desde el 1 de abril al 15 de octubre, pero julio y agosto son los meses de máximo apogeo. El 'terraceo' es la mejor forma de conocer la ciudad cuando las horas de sol alargan el día casi hasta el infinito. La mayoría de las terrazas tienen vistas singulares y perspectivas nuevas sobre Estocolmo. Las posibilidades van desde tomar un café a primera hora de la tarde rodeados de todo tipo de flores y vegetación en el Rosendals Garden hasta disfrutar del atardecer con vistas a Södermalm y buena música en el clásico Champagne Bar o en el bar del Eken, frente a Gamla Stan (el centro histórico).

Swedish fika with coffee and cinnamon bun. El SoFo con canela

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Cuando el verano sabe a canela

El SOFO siempre es el SOFO, es decir: siempre hay algo nuevo, siempre hay algo vibrante, siempre hay algo inspirador. Librerías, tiendas de ropa, discos, súpers bio, bares, restaurantes, peluquerías, pero en verano, la cosa alcanza su clímax. Es entonces cuando las familias ocupan los jardines y parques como si fueran la prolongación de la sala de estar, los amigos y parejas se lanzan a las terrazas que se montan en las aceras y todo el mundo sale a pasear. Todos los clásicos del barrio más bohemio de la ciudad sacan su versión veraniega con terracitas a lo largo de las aceras. Ahí está la imprescindible Bageri Petrus, probablemente el mejor bollo de canela de toda la ciudad, con sus pequeñas mesas en la puerta. Sin duda, antes de seguir rebuscando entre catálogos de discos, ropa vintage, ilustraciones o muebles de estética escandinava, sería una buena idea cargar energías con un fika al más puro estilo veraniego.

IMG 2867. Bañarse en la ciudad

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Bañarse en la ciudad

Uno de los placeres que lo sholmienses esperan con más ganas en verano es el de darse un baño en el agua dulce del lago Mälaren. El agua está limpia y para nada lo fría que podría esperarse del adjetivo nórdico. Muchos puntos de la ciudad se convierten en auténticas playas a las que acuden los bañistas como si fuera la plaza del pueblo. Una de las más concurridas es Smedsudden, muy cerca del puente que conecta Södermalm con Kungsholmen. Tras los frondosos árboles de la ribera, se levantan los enormes edificios del nuevo funcionalismo sueco, mientras que un extenso prado de césped con butacas encaradas al sol se abre a una pequeña playa de tierra. Desde el embarcadero, los niños se lanzan de cabeza al agua. Pero de todas formas, la sorpresa playera aguarda en Flatenbadet, a una media hora en transporte público desde el centro. Se trata de una extensa playa de arena que podría pasar por caribeña si no fuera por el verde bosque de la ribera.

IMG 8151. Foto: El picnic es el plan

Foto: visitstockholm

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El picnic es el plan

El acceso al parque Ivar Lo parece el andén mágico de Harry Potter para ir a Hogwarts. Se deja la ciudad atrás por un pasillo medianero entre dos casas y de pronto se alcanza la magia en forma de un balcón con vistas privilegiadas a la costa norte de Södermalm. Hay bancos, plataformas de madera y, por supuesto, césped a la sombra de los árboles donde improvisar un picnic a media mañana. Se puede comprar comida callejera o pasar por alguno de los supermercados —los Willys están por todas partes y tienen buenos precios—  y hacerse con unos cortes de Västerbottensost, ese queso ‘meteórico’ de leche de vaca excelente para un picoteo junto a una refrescante Sockerdricka, la bebida gaseosa que incluso tomaba la pelirroja Pippi Långstrump de Astrid Lindgren. Otro lugar donde extender el pareo y disfrutar del verano de Estocolmo es Galärparken, junto al Museo Vasa. Hay otros muchos: Rosendals Trädgård o el dominguero Hornstulls Market.

sommar festival musik scen popaganda södermalm . Tiempo de festival

Foto: visitstockholm

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Sol es una nota musical

Normal que con casi 18 horas de sol nadie quiera quedarse en casa y salgan festivales como champiñones. La música sueca es mucho, muchísimo más, que Abba y su museo. En la ciudad que vio nacer Spotify —gracias a los viveros de empresas tecnológicas que financia el Gobierno— la escena musical es imparable durante todo el año. Están The Endorphins, todo un chute de frescura electrónica, hasta el indie veterano de Mando Diao. En verano, la escena se revoluciona: ahí está el extravagante Summerburst 2019, que se celebra en agosto a la vez en Gotemburgo y Estocolmo, o a principios de julio, Smash Festival. La edición nocturna del Gather es toda una inmersión en la música electrónica contemporánea de la que no se sale igual que cuando se entró.

stikki foto daniel lagerborn shops. El fika versión verano: un helado orgánico

Foto: daniel lagerborn

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El fika, versión verano

Entre los placeres veraniegos más secretos de Estocolmo están los helados. A los suecos les encantan y los meten hasta en furgonetas glassbilen, las llaman—que recorren la ciudad casi de puerta en puerta. Luego hay muchas más heladería. La más popular es la Stikki Nikki. Comenzaron haciendo helados orgánicos en un pequeño quiosco en 2008 y ahora se encuentran en diferentes partes de la ciudad. Muy cerca de Vasaparken, está la heladería Snö, su helado de pistacho ha sido seleccionado para competir en la final del Gelato World Tour, en Rimini en enero de 2020. Mientras que en Pipersgatan 14, casi pasa desapercibida la heladería Kungsholmens glassfabrik. Y sería una pena perderse su helado de regaliz (su interior es puro diseño nórdico).

Carousel at Grona Lund photo-Yanan Li. Un parque de atracciones vintage

Foto: visitstockholm | Yanan Li

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El giraluna vintage

El Parque de Atracciones Gröna Lund de Estocolmo es uno de los lugares más excéntricos de Estocolmo. Una visita imprescindible si se quiere tener una perspectiva diferente (básicamente, más adrenalínica y luminosa) de la ciudad. Abre todo el año, pero en los meses de verano se antoja aún más. Se inauguró hace 136 años, pero ahora la mayoría de atracciones son modernas, con montañas rusas y atracciones de caída libre de las que aceleran el corazón a mil. El toque nostálgico lo pone la Kättinglygaren, las sillas voladoras que elevan las vistas por encima de la bahía.

 Fotografiska

Foto: Salto Architects

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Cenar a la luz del sol

En las noches de verano sin fin es imposible encerrarse en ningún sitio para cenar. Precisamente, el Fotografiska actúa como el núcleo central de toda la vida cultural del SoFo. Ocupa desde 2010 una antigua oficina de aduana de ladrillo visto junto al agua. Es un museo de fotografía y espacio multidisciplinar imprescindible por sus exposiciones temporales, pero también por la terraza que se monta en verano en la entrada y, sobre todo, por el restaurante de la planta superior, donde un cerramiento continuo de vidrio ofrece vistas panorámicas sobre la ciudad, mientras, por ejemplo, se prueban las albóndigas imprescindibles de todo viaje por Suecia.

IMG 7888-1600x957. Ambiente para cerrar el día

Foto: HoBo

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Y que nada de esto acabe aún

Con días así de intensos quién puede querer irse a dormir. En Estocolmo el después del trabajo se aprovecha al máximo en los días de verano y acaba convirtiéndose casi en un antes del trabajo. Apenas hay diferencia un día normal con el fin de semana. La escena nocturna es sorprendente, desde casi secretos bares de hotel a acogedores pubs y los clubs más exclusivos. El HoBo es un buen lugar para comenzar el plan, en la planta baja está el 5emman, donde suele haber música en directo, sus cócteles de champán alegran las conversaciones y se puede dar una vuelta por los espacios de exposición de la entrada. Entre los espacios nocturnos más veraniegos está el Trädgården, debajo del puente Skanstull en Södermalm; el cartel de música en vivo del Bar Brooklyn y las sesiones especiales acompañadas de margaritas en el Geronimo’s FGT dan la nota más actual.

 

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Biblioteca Pública de Estocolmo

Lo de adaptarse a cada momento histórico es algo innato en las bibliotecas. Ésta de Estocolmo es una buena muestra de ello. Cuando se inauguró en 1928, este edificio circular, obra de Erik Gunnar Asplund, uno de los arquitectos más prestigiosos de principios de siglo XX, ya cautivó la atención de todos. No sólo por su belleza, sino por ser una de las primeras en adoptar el sistema de estanterías abiertas por el cual el usuario tiene la libertad total de tomar y reponer los libros sin necesidad de molestar al personal encargado del fondo. Hoy sigue siendo una referencia en cuanto a diseño y arquitectura y una de las visitas bibliófilas imprescindibles de Estocolmo.

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Estocolmo

Septiembre y octubre aún tiene temperaturas asequibles para los más frioleros y, como premio, la bellísima experiencia de pasear por Gamla Stan, el casco antiguo, con rincones salpicados por el amarillo otoñal aquí y allá. El reflejo de la luz dorada en los adoquines al caer la tarde otorga a las calles un ambiente mágico muy especial. Para entrar en calor, nada mejor que traspasar las puertas de un museo con mucho ritmo: el Museo de Abba, en la isla de Djurgården. ¡Será divertido pisar los mantos de hojas secas a ritmo de Mamma Mia!