Jerusalén

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Muro de las Lamentaciones

En Jerusalén, en la Explanada de las Mezquitas, es donde se ubica el Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado del judaísmo y vestigio del Templo de Jerusalén, en cuyo interior se encontraba el Arca de la Alianza. En este muro, los creyentes dejan plegarias, peticiones y alabanzas escritas, costumbre que se lleva realizando desde hace siglos.

Foto: Turismo de Israel

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Iglesia del Santo Sepulcro

Se trata de uno de los lugares más sagrados para los cristianos. Según los Evangelios, es el punto exacto donde se produjo la crucifixión de Cristo, su enterramiento y la resurrección. Está dentro de la Ciudad Vieja de Jerusalén y se encuentra justo al final de Vía Dolorosa. 

Foto: Turismo de Israel

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Iglesia de los Dolores de María

Situada en la estación III de Vía Dolorosa, a la entrada de esta iglesia católica armenia es donde Jesucristo se cayó por primera vez con la cruz. Dentro de sus instalaciones, tal y como se puede ver en la imagen, se encuentra el hospicio armenio de Jerusalén. 

Foto: Turismo de Israel

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Vistas del Santo Sepulcro

Situado en el barrio cristiano de la ciudad, en sus interiores lo primero que uno se encuentra es la piedra de la unción que, aunque no es la original, marca el lugar donde Jesús fue lavado antes de ser sepultado. En la zona del Calvario es donde se ubican cuatro de las últimas estaciones del viacrucis. La décima correspondería a cuando Jesús fue despojado de su vestimenta, la undécima al lugar donde fue clavado en la cruz, la doceava es donde murió Jesús y la última de ellas correspondería a su descenso cuando es entregado sin vida a su madre. 

Foto: Turismo de Israel

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Cúpula del Santo Sepulcro

Bajo esta imponente cúpula es donde se encuentra el sepulcro de Cristo, del que el templo adquiere el nombre. Se trata de uno de los lugares más sagrados del cristianismo. También es el más visitado por los peregrinos en su visita a Jerusalén. 

Foto: Turismo de Israel

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Estación V del viacrucis

Encima de esta puerta se encuentra la inscripción que hace mención al momento en el que Simón el Cirineo se encuentra con Jesús y le ayuda a cargar con su cruz hasta el Gólgota. 

Foto: Turismo de Israel

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Monte de los Olivos

Situado al este de la ciudad de Jerusalén, en el valle de Kidrón, el monte de los Olivos era el lugar escogido por Jesús para realizar sus oraciones. Se dice que fue aquí donde fue arrestado, motivo por el que la procesión bizantina solía tomarlo como punto de inicio el Miércoles Santo antes de cruzar la puerta de los Leones y seguir la Vía Dolorosa que cruza la Ciudad Vieja. 

Foto: Turismo de Israel

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Iglesia de la Resurrección de Cristo

Situada dentro del Santo Sepulcro, aquí es donde los Evangelios narran que se produjo la resurrección de Jesús. 

Foto: Turismo de Israel

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Camino al monte de los Olivos

Este monte sagrado, a donde Jesús acudía a realizar sus oraciones, está conectado a la Ciudad Vieja de jerusalén por un estrecho camino pedregoso. Algunas procesiones lo recorren durante la Semana Santa antes de iniciar la ruta de Via Dolorosa. 

Foto: Turismo de Israel

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Puerta Dorada

Es la entrada más antigua de la Ciudad Vieja de Jerusalén y el único acceso al monte del Templo. Se cree que era la utilizada por Jesús para entrar a la ciudad y, desde el siglo XVI permanece cerrada. En sus exteriores los musulmanes crearon un cementerio. 

Foto: Turismo de Israel

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Torre de David

Situada junto a la puerta de Jaffa, esta ciudadela nombrada el honor al rey David fue construida para defender la Ciudad Vieja de Jerusalén. 

Foto: Turismo de Israel

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Vía Dolorosa

El nombre de esta calle aluje al dolor que tuvo que pasar Jesucristo en sus últimas horas de vida antes de ser crucificado. La ruta empieza en la puerta de los Leones, cerca de la antigua fortaleza Antonia, y termina en la iglesia del Santo Sepulcro. 

Foto: Turismo de Israel

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Iglesia de la Condena

La segunda estación del viacrucis corresponde a la iglesia franciscana de la Condena, donde Jesús recogió la cruz con la que tendría que carar por toda la Vía Dolorosa para, finalmente, ser crucificado. Junto a ella también se encuentra la capilla de la Flagelación, donde se cree que fue azotado antes de ponerse en marcha. 

Foto: Turismo de Israel

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Sexta estación del viacrucis

Esta pequeña puerta de madera indica que estamos ante la estación número seis del viacrucis. En ella es donde una joven mujer llamada Verónica se acercó a Jesús con un paño de seda para limpiar el sudor de su cara. Este pañuelo está expuesto en el Patriarcado ortodoxo griego del barrio Cristiano.

Foto: Turismo de Israel

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Monasterio copto

A la entrada del monasterio una placa indica que estamos ante la estación número IX del viacrucis. Junto a la antigua columna romana fue donde Jesús tuvo su tercera caída antes de llegar al monte Calvario. 

Foto: Turismo de Israel

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Capilla de la séptima estación

Este lugar que puede pasar desapercibido marca el lugar donde Jesús tuvo su segunda caída. La capilla que recuerda el suceso se encuentra situada entre la Vía Dolorosa y la calle del Mercado. 

Foto: Turismo de Israel

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Puerta de Jaffa

Conocida también como la puerta de la Torre de David, esta entrada se ubica en el lado occidental de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Su nombre se debe a que en este lugar es donde se unene los caminos a Jaffa y a Hebrón. 

Foto: Turismo de Israel

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Capilla de la Flagelación

Está ubicado en el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén, cerca de la puerta de los Leones (también conocida como puerta de San Esteban). El lugar, que se encuentra junto a la iglesia de la Condena, está marcado como la estación dos del viacrucis. Los cristianos creen que en este lugar fue donde Jesús fue azotado por los romanos antes de tomar la cruz y recorrer la Vía Dolorosa. 

Foto: Turismo de Israel

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Monasterio griego ortodoxo

En los exteriores de este monasterio, marcados como la estación octava del viacrucis, es donde Jesucristo se encontró a las piadosas mujeres a las que les pidió que llorasen por sus hijos y por ellas, no por él. Una cruz ennegrecida en la pared marca el lugar exacto. 

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Enclaves imprescindibles del Jerusalén histórico

1. La Muralla. Fue erigida por Solimán el Magnífico y tiene 8 puertas de entrada.

2. Vía Dolorosa. Cruza el barrio musulmán desde la Puerta de los Leones hasta la iglesia del Santo Sepulcro.

3. El Santo Sepulcro. Siete comunidades cristianas se reparten sus capillas.  

4. La Cúpula de la Roca. Lugar sagrado para judíos y musulmanes.

5. Muro de las Lamentaciones. Los judíos rezan frente a esta pared del Templo de Salomón.

6. Museo Torre de David. Explica el origen de la ciudad.

7. Monte de los Olivos. Alberga varios templos cristianos. Un sendero baja hasta la Puerta de los Leones.  

8. Ciudad de David. La colina donde nació Jerusalén es un parque arqueológico.

Foto: Mark Millan / Age fotostock

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El templo de Salomón

La plaza del Muro de las Lamentaciones se localiza bajo la Explanada de las Mezquitas, con la reluciente Cúpula de la Roca destacando en el perfil de la Ciudad Vieja.

Foto: Jon Hicks / Getty images

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Muro de las Lamentaciones

El Arco de Wilson formaba parte del puente que conectaba el monte del Templo con la ciudad. Hoy aloja una sinagoga.

Foto: Walter Bibikow / Awl Images

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El barrio judío

Fachada de mosaicos en el antiguo cardo romano, aún conocido como Cardo y donde se localiza el mercado. 

Foto: Joshua Paul Shefman / Age fotostock

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Cementerio judío

La Tumba de Zacarías y la de Benei Hezir en el Monte de los Olivos, donde se estima que hay 150.000 sepulcros desde el siglo XV.

Foto: Fototeca 9x12

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El corazón de la Ciudad Vieja

A través de Bab el Amud, la Puerta de la Columna, más conocida como la Puerta de Damasco, el visitante se adentra en el zoco árabe de la Ciudad Vieja. Las tiendas de artesanía de madera y de tejidos, los cafés con narguiles junto a la entrada, los puestos de especias, frutas y hortalizas, y los talleres de orfebres dibujan una colorida sucesión que invita a detenerse a cada paso.

Foto: Gtres

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Compras, aromas y sabores del barrio musulmán

La calle del Ued (río en árabe) reúne restaurantes populares –algunos abiertos a la calle– que ofrecen pastelillos en platos de cobre, falafel (albóndiga de pasta de garbanzo muy especiada) y zumos de zanahoria acabados de exprimir. El alegre bullicio que se respira y la variedad de productos se ha convertido en la característica que más diferencia este barrio de los otros que componen la Ciudad Vieja.

Foto: Gonzalo Azumendi

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Cúpula de la Roca

Qubbat el Sakkra, del siglo VII, se considera una obra maestra de la arquitectura islámica. De planta octogonal, está decorada con mosaicos y mármoles.

Foto: Massimo Borchi / Fototeca 9x12

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Basílica del Santo Sepulcro

La Iglesia griega, la latina y la armenia, corresponsables del templo, acordaron en 2016 su restauración. En la imagen, la capilla que alberga la tumba de Cristo

Foto: Reinhard Schmid / Fototeca 9x12

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El Monte de los Olivos. La iglesia de Getsemaní y, sobre ella, la de Santa María Magdalena

El olivar que tapiza las laderas de esta colina hace honor a su nombre y anuncia un paisaje ideal para la contemplación en su sentido más bíblico y en el sentido más fotográfico, pues ofrece una panorámica sensacional de Jerusalén. El Monte de los Olivos permite pasear por enclaves de la vida de Jesús: Betfagé, donde empieza el camino por el que descendió a Jerusalén a lomos de un borrico; la casa de Lázaro –a quien resucitó–, en Betania; la capilla de Dominus Flevit, donde lloró por la ciudad; el Huerto de Getsemaní, donde fue apresado y lugar en el que ahora se erige una iglesia neobizantina. Varias iglesias ocupan ahora las laderas del monte, desde la sencilla del Pater Noster a las cúpulas doradas de la iglesia de Santa María Magdalena, fundada por el zar Alejandro III. El cementerio judío es otro enclave interesante del monte.    

Foto: Efesenko / Getty images

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La muralla otomana

Erigida por Solimán el Magnífico entre 1520 y 1566, conserva siete de las diez puertas originales y 34 torres.

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Jerusalén

Considerada como ciudad sagrada por el judaísmo, el cristianismo y el islam, la capital de Israel siempre ha estado ligada a conflictos y conquistas que se extienden hasta nuestros días. La primera de ellas la llevó a cabo el rey David de Israel y Judá, quien en el siglo XI a.C. creó su reino en la Ciudad Vieja. A él le sucedió su hijo, Salomón, quien comenzó a levantar parte de los edificios que se conservan de la época. Jerusalén es una de las ciudades más antiguas del mundo y, a lo largo de su historia, ha estado bajo el control de numerosos imperios como el babilonio, el persa, el macedonio, el romano, el bizantino y el otomano. Durante los diferentes dominios, los judíos fueron desterrados en varias ocasiones, como con la llegada del rey Nabucodonosor II de Babilonia, quien destruyó gran parte de la ciudad; o durante la diáspora iniciada por el emperador romano Adriano en el año 135, cuando el territorio pasó a ser provincia romana en Palestina.

Las diferentes conquistas dejaron como legado algunos monumentos de épocas y religiones distintas, aunque muchos de ellos fueron destruidos por los gobernantes sucesores, como pasó con el Muro de las Lamentaciones, que no es más que los vestigios del Templo de Jerusalén. El cristianismo comenzó a coger fuerza bajo la dominación del Imperio bizantino, que hizo que la ciudad fuera una de las cuatro sedes de esta religión y en el 326 se ordenó construir el Santo Sepulcro sobre uno de los lugares más sagrados del cristianismo, el monte Gólgota, donde Cristo fue crucificado. Tres siglos después, el Imperio sasánida la convirtió al islam, pasando a formar parte del califato de Omeya de Damasco, el califato abasí de Bagdad y el Imperio otomano. Fue precisamente en esta época cuando se erigieron la Cúpula de la roca y la mezquita de Al-Aqsa.