Cuando el helado es una cultura
Frente al establecimiento, al otro lado de la calle 23 –corazón administrativo, universitario y sanitario del país–, se ve enseguida la cola que todos los días y a todas horas forman los habaneros ante la heladería Coppelia. Enfrente hay una parada de taxis de todas las clases, incluidos cocotaxis y almendrones de los años 50, que ofrecen paseos por Miramar, Siboney y Atabey, los nobles y verdes barrios del oeste. No sólo Coppelia, los helados están presentes en toda la ciudad con diferentes marcas.