Moscú y su trabajo como periodista
Poco a poco, Saint-Exupéry se va abriendo paso también en el mundo del periodismo. Su libro Vuelo nocturno (1931) se vende bien. El diario Paris-Soir quiso contar con él para que el escritor viajase Moscú como enviado especial para explicar cómo era la vida en la Unión Soviética. A Saint-Exupéry aquello no le interesaba especialmente, pero necesitaba el dinero y el periódico pagaba muy bien. También necesitaba un poco de acción: “Necesito ver a los hombres, los pueblos -le escribe a su esposa Consuelo- en su evolución. Me siento castrado cuando estoy en casa”. Partió en abril de 1935 y publicó seis reportajes en los que su estilo periodístico quedó ya muy definido. No buscaba la máxima actualidad, sino, más bien, las historias, los personajes, los detalles. Más allá de lo esperable y convencional, narraba lo visto con un enfoque humanista. Y sus artículos fueron un éxito. Llegó a un gran número de lectores y, lo más importante, llegaron nuevos encargos. Mientras, el escritor comenzaba a sentir nostalgia de sus años de piloto y su tormentoso matrimonio con la salvadoreña Consuelo Suncín de Sandoval -la rosa del Principito- no pasaba por muy buenos momentos.