Sevilla

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Plaza España

Foto: iStock

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El significado de Sevilla...

Los fenicios fueron los primeros en dar nombre a la capital hispalense. La llamaron Spal o Ispal, que significa 'tierra llana', un término que los romanos adoptaron y lo hicieron evolucionar hasta denominarla Hispalis. A su vez, los árabes sustituirían el sonido de la 'p' por la 'b', dando lugar a la denominación «Ishbiliya». Finalmente, como ocurrió en muchos otros casos, el nombre se castellanizó como Sevilla.

Foto: Gtres

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Catedral, Alcázar y Archivo de Indias de Sevilla

Testimonios excepcionales de la civilización almohade y de la Sevilla cristiana, la Catedral y el Alcázar de Sevilla son obras maestras de la arquitectura donde el minarete de la Giralda es el protagonista. En el Archivo de Indias se conservan fondos documentales inestimables de las colonias españolas en América. Estos tres edificios fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1987.

Foto: Rawpixel / Unsplash

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Sevilla

A orillas del río, en una de las avenidas más concurridas de Sevilla es donde se ubica el Gran Mercado de Navidad de Nervión. Con unas 50 casetas de maderas, en él se puede encontrar todo tipo de artículos navideños, así como una zona de restauración en la que degustar platos típicos sevillanos y otra de ocio en la que los más pequeños de la casa se pueden entretener. Del 5 de diciembre de 2018 al 5 de enero de 2019.

Foto: AGE fotostock

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Aljama de Santa Cruz, Sevilla

La mayoría de historiadores coinciden en que la judería sevillana es, posiblemente, una de las más antiguas de la Península Ibérica. El barrio vivió su apogeo en el siglo XIII y tuvo tres sinagogas, las actuales iglesias de Santa María la Blanca, San Bartolomé y otra ubicada en lo que hoy es la Plaza de la Santa Cruz. Una de las calles más icónicas del barrio de la Santa Cruz es la calle de la Judería, donde se pueden contemplar el arco y el torreón que formaban parte de la puerta que comunicaba el Alcázar con el barrio judío.

Foto: Gtres

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Sevilla y el flamenco

Dice la canción que Sevilla tiene un color especial. Y no solo eso; también una sonoridad muy singular: el flamenco, y en concreto, las sevillanas. El flamenco es un arte que nació de la fusión de distintas culturas que convivieron en Andalucía. Por ello, la capital andaluza es también la capital mundial del flamenco. Para empaparse de pasión flamenca hay que ir hasta el barrio de Triana, donde se cree que en el S. XVIII nació este género de guitarras, castañuelas, cajón y trajes de bailaoras. Hoy es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y se puede escuchar en las peñas flamencas de la ciudad, salas y tablaos.

Foto: Gonzalo Azumendi

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Plaza de españa

Un semicírculo con dos torres en los extremos y un canal enmarcan los edificios construidos para la Exposición Iberoamericana de 1929.

Foto: Sylvain Sonnet / Getty Images

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Jardín del Mercurio, Reales Alcázares

Un estanque con una figura de Mercurio y el muro decorado con la Galería de los Grutescos conforman este bonito jardín dentro de los Alcázares. 

Foto: Gonzalo Azumendi

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Reales Alcázares

Una cúpula decorada con mocárabes cubre el bello Salón de los Embajadores, dentro del Palacio Mudéjar.  

Foto: Antonio Díaz / Age Fotostock

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Arte mudéjar

El Patio de las Doncellas de los Reales Alcázares, está rodeado por arcos lobulados sobre dobles columnas de mármol. 

Foto: Pixelin Pictures

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La Sevilla del siglo XXI

Las Setas, del berlinés Jürgen Mayer, es una colosal estructura de madera con cinco niveles. En el superior, a 28,5 metros, alberga un mirador.

Foto: José Manuel Azcona

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Barrio de Santa Cruz, cerca de la plaza de Doña Elvira

Un entramado laberíntico de calles desordenadas y deliciosos rincones (como el de la imagen) conforman uno de los barrios más conocidos de la ciudad, el barrio de Santa Cruz.

Foto: Gonzalo Azumendi

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Una Catedral fascinante

Cuando el califa Abu Yakub Yusuf ordenó reconstruir la mezquita de Adabbás a mediados del siglo XII, nada hacía pensar que el edificio se convertiría casi 300 años después en la mayor catedral cristiana del mundo, al menos en volumen. De la etapa almohade ha preservado el alminar, al que en el siglo XVI se le añadió un campanario y en el XVIII una veleta de bronce, el Giraldillo. Aparte de la Giralda, la catedral sevillana guarda más tesoros dentro que fuera: el retablo gótico de la Capilla Mayor, las pinturas de Zurbarán y Murillo en la Sacristía Mayor y la Sala Capitular, y la tumba de Cristóbal Colón. La visita al templo reserva para el final el delicioso Patio de los Naranjos, el antiguo patio de la mezquita. 

Foto: Domingo Leiva Nicolas / Age Fotostock

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La Giralda

El icono más conocido de Sevilla, visto desde una de las puertas de acceso al recinto de los Reales Alcázares.

Foto: CSP_Neirfy / Age Fotostock

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Torre del Oro

De 1190, formaba parte de la muralla sarracena y servía para controlar el tráfico de barcos por el Guadalquivir. Hoy es la sede del Museo Naval.

Foto: Ayuntamiento de Sevilla

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Las delicias artísticas del año Murillo

En 2017 se cumplen cuatro siglos del nacimiento de Murillo (1617-1682), el artista que fijó el imaginario amable de la Contrarreforma y retrató la atmósfera popular del Siglo de Oro con sus cuadros de temas profanos. El Año Murillo propone un programa que recreará la Sevilla barroca en las calles y en exposiciones en diversos espacios, entre los que destaca el Museo de Bellas Artes, la Catedral y el Centro Santa Clara. Además se han preparado rutas para descubrir las pinturas del artista que se hallan en distintos monumentos de la ciudad, como la iglesia de la Caridad, el Palacio Arzobispal o el monasterio de Santa María la Blanca. El inicio de esta ruta podría ser la plaza del Museo de Bellas Artes, junto a la estatua en bronce del pintor sevillano. 

Foto: Gtres

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Puente del Alamillo, Sevilla

Este popular puente de Sevilla fue diseñado por Calatrava con motivo de la Expo celebrada en la ciudad en 1992, para facilitar el acceso a las instalaciones situadas en la isla de La Cartuja. Aunque el proyecto original consistía en dos puentes, cada uno de ellos mirando en dirección opuesta, finalmente, por falta de presupuesto, se decidió que solo se levantaría uno de ellos. El puente de Alamillo se ha convertido en una obra de arte.