En esta edición especial, los periodistas de Viajes National Geographic se adentran, por un lado, en el patrimonio y los paisajes moldeados por la presencia de la vid y del vino en todo el territorio español. Y, por otro lado, seleccionan de forma exhaustiva las mejores experiencias en bodega. Visitas guiadas, catas, paseos históricos... un total de 200 planes por las principales regiones enoturísticas de España que demuestran que no hay dos visitas iguales.
RUTAS DEL VINO
Rías Baixas
Un seductor viaje por el litoral pontevedrés y coruñés, entre el azul del océano y el verde de los viñedos donde los antiguos pazos hoy albergan poderosas bodegas en las que el albariño es el rey.
Ribeira Sacra
La viticultura heroica marca todo viaje a esta región del interior de Galicia, donde los bodegueros se han adaptado a los escarpados cañones excavados por el río Sil con terrazas fotogénicas y experiencias que burlan al vértigo.
Bierzo y Valdeorras
Estas dos Denominaciones de Origen vertebran una ruta apasionante, marcada por los primeros compases del Sil, donde se alternan terrazas y grandes pagos con influencias celtas, templarias y leonesas.
Toro
Antaño tierra de vinos contundentes, toda esta D.O. ha ido afinando su producción, modernizando sus creaciones y contagiando al enoturismo estos aires de modernidad.
Ribera del Duero
Esta ruta, una de las más completas y estimulantes del mundo, es un sinfín de estímulos donde hay desde bodegas contemporáneas hasta calados centenarios, pueblos exuberantes y experiencias sorprendentes que transcienden a su fama.
Rueda
El blanco por excelencia de Castilla y León llena de un verde exuberante los campos del corazón de la región, maridando la uva verdejo con unos castillos asombrosos.
Txakolí
Hace tiempo que este vino vasco salió del caserío para conquistar las mejores barras y restaurantes de todo el mundo. Por eso, este recorrido que viaja por Vizcaya y Guipúzcoa se sumerge en proyectos que, tanto en la costa como en los valles, buscan cambiar el paso y redescubrir esta bebida.
Rioja Alavesa
Pionera en la proliferación de las bodegas de autor, esta ruta alterna edificios modernos firmados por los mejores arquitectos de la contemporaneidad con proyectos más coquetos que mezclan las catas con visitas a calados, observaciones astronómicas o paseos únicos.
Navarra
Poco a poco, esta D.O. ha dejado a un lado sus clichés para apostar por una identidad propia. Una corriente que se demuestra en sus vinos y en sus bodegas, donde reciben al viajero con propuestas sorprendentes y mucho arte.
Rioja Alta
El territorio que acoge la subzona vitivinícola por excelencia de esta Comunidad Autónoma atesora joyas medievales que dan fe de la importancia del vino en la historia y, además, algunos destinos únicos en el mundo como el Barrio de la Estación de Haro, la mayor concentración de bodegas centenarias del planeta.
Somontano
Esta fascinante ruta acompaña a los paisajes esculpidos en la Sierra del Guara y y que poco a poco se transforman en viñedos y bodegas apasionantes. Todo ello se acompaña con la irrupción de pueblos como Alquézar, una fantasía medieval que ejerce de perfecto campamento base para ir de cata en cata.
Empordà
La evolución de esta D.O. en los últimos lustros ha sido fulgurante. De ser territorio de cooperativas que maltrataban el vino a convertirse en un destino vitivinícola y enoturístico de primer nivel. La cercanía a la Costa Brava, una fuente inagotable de turistas, hace que aquí las experiencias sean originales y muy sorprendentes.
Penedès
Esta burbujeante región se ha valido de sus numerosas bodegas de cava para ganarse una fama merecida. La visita a sus cavas subterráneas y sus bodegas modernistas protagonizan esta rica ruta.
Priorat y Montsant
Las terrazas de pizarra que protagonizan este paisaje llevan siglos cobijando unas vides cada vez más cotizadas. Desde la cartuja fundacional, la de Scala Dei, parte un recorrido en el que se descubren las particularidades de ambas denominaciones de origen.
Terra Alta
El hogar de las grandes catedrales del vino modernistas de Cataluña, esta región transciende a esta fama para consolidarse como una de las regiones más apasionantes en términos enoturísticos. Paisajes asombrosos, catas en trincheras y, por supuesto, sorbos con ecos de Gaudí protagonizan estas experiencias.
Jumilla
La uva Monastrell ha enriquecido a esta D.O. que se extiende por el norte de Murcia y el sur de Albacete donde los paisajes aparentemente áridos reverdecen con los vinos y, por supuesto, con sus inquietas bodegas.
Montilla-Moriles
Los pueblos blancos del de Córdoba se hilvanan con el hilo de los generosos vinos dorados que caracterizan a esta D.O. Una ruta donde no solo se desvela el secreto de su particular vinificación, sino que descubre auténticas sorpresas como una de las bibliotecas vinateras más completas del mundo.
Marco de Jerez
El suroeste gaditano tiene en su vino su gran tesoro -literal y metafórico-. Y eso se demuestra en las numerosas bodegas que pueblan sus localidades y su campo, donde la exuberancia organoléptica de traduce en museos y salas de barricas catedralicias.
Ribera del Guadiana
Sin hacer mucho ruido, la principal D.O. de Extremadura está ganando muchos adeptos por lo atrevido de sus propuestas. Desde vitivinícolas que elaboran cavas hasta proyectos modernísimos capaces de hacer crecer la vid en lugares otrora inhóspitos.
Lanzarote
La Geria es mucho más que un agro-milagro. Este paisaje volcánico salpicado por cepas atrincheradas no solo irrumpe en la geología lanzaroteña, sino que la dota de un sabor único y especial así como de unas bodegas que ofrecen unas experiencias hipnóticas.
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