
Paisajes rurales, vida tradicional y buena gastronomía, eso es en esencia lo que ofrecen las cinco rutas del queso que proponemos, aunque hay mucho más: desde un viaje que se adentra en los secretos del mar del Norte, a un recorrido circular que descubre los bosques vascos, pasando por la visita a las ciudades queseras más famosas del mundo y a productores que aprovechan el suelo volcánico o las cimas alpinas para obtener los más delicados sabores.
De cabra, oveja o vaca, la historia del queso se remonta al Neolítico cuando nuestros antepasados empezaron a domesticar a estos animales y observar que la leche con el tiempo acababa cuajándose y que sabía riquísima. En Mesopotamia, en la ciudad sumeria de Ur (siglo III a.C.), aparece un friso que narra el proceso completo de la elaboración del queso. El conocimiento de este alimento pasa sin duda por su entorno y el mejor modo de apreciarlo es conviviendo con la gente que lo produce y recorriendo los paisajes que lo determinan. Estas rutas se adentran algunas de las regiones queseras más importantes de Europa, recorrerlas es una aventura y un placer.