Un enclave para comérselo
Sanlúcar es una ciudad que también puede comerse con los ojos. Su ubicación estratégica a orillas del Atlántico, en la desembocadura del Guadalquivir, ha hecho que su relación con América haya tallado la identidad de la ciudad. Actualmente se halla inmersa en la conmemoración del V Aniversario de la Primera Circunnavegación a la Tierra. La gesta que comenzó Magallanes en 1519 partió de Sevilla con cinco naves y se aprovisionó en Sanlúcar. A su regreso, en 1522, a Sanlúcar de Barrameda sólo llegó una de ellas, la Nao Victoria, bajo la responsabilidad de Juan Sebastián Elcano.
Esta proeza de la humanidad, equivalente en su época a la reciente llegada a la Luna como anticipo de los viajes espaciales, salpica la ciudad con un patrimonio muy atractivo, como la ya mencionada Plaza del Cabildo, la iglesia gótica de Los Desamparados, el antiguo Palacio de Orleans-Borbón (que actualmente alberga el ayuntamiento de la ciudad y que tiene unos jardines por donde merece la pena perderse), la Iglesia de Nuestra Señora de la O (una de las más bellas de la ciudad y construida sobre el antiguo alcázar), el Palacio Ducal de Medina Sidonia (monumento histórico-artístico desde 1978), el Castillo de Santiago (una fortaleza del siglo XV que sirvió como alojamiento a los Reyes Católicos y a los Duques de Medina Sidonia) o la Parroquia de Santo Domingo (renacentista del siglo XVI).
Y es que sí, Sanlúcar es mucho más que veraneo, playas y carreras de caballos y 2022 puede ser un año perfecto para comprobarlo.