Ligados desde el comienzo al apellido Domecq, y pese a su origen francés, la bodega más antigua del Marco de Jerez -también una de las más grandes del mundo por el conjunto de edificios que lo componen-, Bodega Fundador, está especialmente arraigada a esta región vitivinícola tan singular. Y no solo eso, también a sus vinos y brandies, porque entre sus paredes nació el primer brandy español, llamado Fundador, de la mano de Pedro Domecq Loustau.
Su historia comienza en 1732, cuando la familia Domecq compra la bodega El Molino, un edificio del siglo XVII en el que ya se elaboraba vino de Jerez y que en la actualidad cuenta con soleras ancestrales y botas firmadas por personajes tan ilustres como el Rey Alfonso XIII -quién firmó la primera bota de Fundador-, Alexander Fleming, Gregorio Marañón, Charlton Heston, Lola Flores o Jacinto Benavente.
Unos años después, también se hicieron con El Castillo de Macharnudo y las viñas que componen La Finca El Majuelo, de donde surge ahora el vermut micropaleontológico Marinero Garvey. A este patrimonio se fueron sumando diferentes edificios de bodegas que han hecho de este conjunto arquitectónico uno de los más espectaculares de Jerez con la bodega La Tribuna, La Mezquita -inaugurada en 1974 con motivo de los 100 años de la marca Fundador-, La Luz -el lugar donde surgió el primer brandy español que ahora se ha reconvertido en un museo que alberga desde fotografías antiguas hasta carruajes- o Los Claustros, un espacio que se mantienen como lugar para grandes celebraciones.

© Bodegas Fundador
Además de todo este patrimonio, esta bodega es especialmente curiosa porque su acceso sur se realiza por la muralla almohade, donde se encuentra también la Puerta de Rota de la muralla árabe de la Edad Media y un jardín diseñado en 1823 considerado Bien de Interés Cultural con más de 150 especies arbóreas traídas de diferentes partes del mundo como regalo de las visitas que fue recibiendo en sus casi 300 años de historia.
Este conjunto remarca la importancia que la arquitectura bodeguera y la industria vitivinícola ha tenido para el entorno de Jerez, así como el interés que Bodegas Fundador tiene en sí mismo como patrimonio histórico, cultural, gastronómico y enológico dentro de la ciudad y de la región. Toda su historia se puede conocer de primera mano en los recorridos que realizan desde la bodega en los que, además, se explica el sistema tradicional de envejecimiento de los vinos de Jerez: el sistema de criaderas y soleras.