Detrás del 'milagro'

Bodegas Habla: ¿qué hace un proyecto tan utópico en un lugar como éste?

Con poco más de 20 años, esta exclusiva bodega ha situado a Trujillo en el mapa vitivinícola y sigue cosechando éxitos.

Cuenta la leyenda que Miguel Ángel Buonarroti consideraba al Moisés como su obra más perfecta. Al terminarlo, el artista golpeó la estatua con su maza y le dijo: "Habla". Esta apelación corona la bodega Habla, la particular obra perfecta de la finca Dehesa la Torrecilla. Cuesta creer que hace veinte años en esa tierra no existiera nada y ahora ya cuentan con más de 200 hectáreas de viñedos. Pero eso solo es el principio o, más bien, el final. Antes vinieron las yeguadas, los campeonatos hípicos, la ganadería y la celebración. Bodegas Habla es el culmen del sueño de Juan Tirado, que se hizo con aquella finca a cinco kilómetros de Trujillo, convertido en realidad. Una bodega imposible donde todo es posible.

1 /9
Foto -9. Por una viticultura muy particular

Foto: Bodegas Habla

1 / 9

Por una viticultura muy particular

Los viñedos de esta bodega ocupan 200 de las 1000 hectáreas que componen la finca y, si se pusieran en fila, alcanzarían los 700 km de largo. Pero, más allá del volumen, lo que sorprende de estas cepas es que han crecido en un ecosistema particular ganando la batalla a suelos caprichosos, poco fértiles y franco-arenosos con apenas agua que la riegue – las pocas precipitaciones que recibe la zona llevaron a la bodega a crear sus propios embalses donde almacenar agua apostando por un autoabastecimiento sostenible-.

En sus 42 parcelas se encuentran varietales como tempranillo, sauvignon, syrah, cabernet franc, malbec, petit verdot, chardonnay y sauvignon blanc. En vendimia, sus hojas presentan tonos rojizos por el cambio de estación y el mosquito verde que las suele atacar. “Al trabajar en ecológico no todos los productos valen. Las estamos dejando que vivan felices, la uva ya no corre peligro” señala el enólogo y director técnico de la bodega Eduardo de José, quien no se separa de ellas. Reside en la propia bodega desde donde supervisa la recogida de la uva y su conversión en vino. La poda se hace cada año tratando de pasar lo mínimo con el tractor, sin echar herbicidas, para que el cultivo sea lo más ecológico y sostenible posible. Su cielo lo surcan multitud de aves migratorias, que pone de manifiesto la biodiversidad que rodea a la finca.

IMG 8327. De barricas para adentro

Foto: Bodegas Habla

2 / 9

De barricas para adentro

Lo que guarda esta bodega, además de un conjunto de habitaciones donde pasar la noche durante una fabulosa escapada de enoturismo y un salón desde el que desayunar contemplando como los viñedos se pierden en el horizonte, es por supuesto un complejo dedicado a la elaboración del vino, ¿qué si no? También diseño, sencillez y sofisticación y dinamismo. La bodega alberga 700 barricas que llenan hasta 1.500.000 botellas al año. “Aunque el mérito se lo lleva la uva, Florent es el enólogo que diseña los vinos y marca las líneas de elaboración y la bodega está diseñada de manera muy cómoda para su elaboración” cuenta Eduardo.

Foto -45. Vino y en botella (y numerado)

Foto: Bodegas Habla

3 / 9

Vino y en botella (y numerado)

Su periplo vinícola nace con vistas a obtener vinos de alto nivel, exclusivos. “Queríamos sacar lo mejor que tuviésemos cada año sin estar supeditados a nada” explica María Victoria Acero, encargada de la atención al cliente nacional e internacional. De ahí surgió la idea de los números como series limitadas que saldría cada año si las condiciones lo permitían. Descorcharon el primero en 2005, ahora ya van por el número 22, y cada uno es como una pieza de colección. “El número es el nombre comercial del vino, aunque haya años que el número y la añada coincidan. Del 1 al 17 ya están todos agotados” cuenta. Vinos de calidad que con su corta edad han sido lo suficiente rompedores como para situar Extremadura en el mapa vitivinícola nacional e internacional, estando presentes en más de 40 países.

Foto -52. Una contemporaneidad que no solo es estética

Foto: Bodegas Habla

4 / 9

Una contemporaneidad que no solo es estética

Cuando empezaron los vinos de Extremadura no eran tan conocidos y se estaba acostumbrado a “vinos muy duros, con mucho alcohol, difíciles de beber, con mucho rendimiento y maduraciones no tan buenas. Para que madure bien, menos uva y para protegerlas del calor plantamos los viñedos más espaciados. Con el tiempo nos diversificamos y cada año tratamos de innovar y romper lo que había por entonces con el sector” cuenta Eduardo. En eso tuvo mucho que ver su diseño, cuya estética recuerda a los icónicos perfumes de Chanel “queríamos una estética más moderna que se acercara más a la exclusividad que evoca la alta costura, la perfumería…” comparte el director técnico.

125985965 4156448134383063 8679812043496435226 n. Alta gama asequible

Foto: Bodegas Habla

5 / 9

Alta gama asequible

“Un trabajo muy selectivo del viñedo y en la bodega, que junto al diseño nos hace posicionarnos en otro nivel y ser un lujo asequible” como comparte María Victoria, es lo que les convierten en joyas de gama alta. Su ‘Habla del Silencio’, el segundo en incorporarse a la familia, les permitió llegar al público en un momento de crisis, asentando la marca y permitiéndoles crecer. Las ediciones numeradas necesitaban todavía recorrido y con él llegó la democratización de sus vinos. “’Habla del Silencio’ soluciona la vida, ha crecido el vino pero no el precio” apunta Eduardo.

 

Se suman a la colección ‘Gotas de Habla’ que se hace en agradecimiento a los profesionales de la hostelería y por eso solo se puede disfrutar en restaurantes; ‘Esencia’, que guarda lo mejor de la añada de 2015 en barrica directamente; Habla del mar, que se elabora con viñedos costeros sumergido en la Bahía de San Juan de Luz; su champagne Moses, que elaboran ellos mismos en la zona francesa de Côte des Blancs siendo, además de Freixenet, la única bodega española elabora champagne; Rita, un sexy rosado elaborado a partr de syrah y garnacha, y alguna joya más. Todo pasa por crianza en barrica, principalmente roble francés.

Foto-24. Una ganadería en expansión

Foto: Bodegas Habla

6 / 9

Una ganadería en expansión

Alrededor de 1000 cabezas pastan a sus anchas en las varias parcelas de la finca. La cría de la ganadería, donde se encuentran razas como la Simmental, Limousin, Angus y Cachena gallega -que ahora están recuperando en Extremadura-, es en extensivo y 100% ecológico, con un máximo de 125 cabezas por manada. Comenzaron el 87 con la Limousin, y desde hace años abandonaron la línea industrial apostando por una mejor calidad de carne con “más infiltración, más grasa, terneza y menos color” comparte Juan Carlos Tirado, heredero del imperio que su padre comenzó en su día. La finca en la que viven es sostenible con 130 has que se dedican a la siembra para su alimentación, cada una recibe 12 kg diarios de pasto, casi tanto como su buey Charolais, el mimado de la casa. Distribuyen a varios restaurantes de Madrid y también en Francia, pero pronto estarán presentes en más sitios y estrenarán su página web.

IMG-20200403-WA0199. Todo al oro líquido

Foto: Bodegas Habla

7 / 9

Todo al oro líquido

Los suelos de la finca Dehesa la Torrecilla no solo están cubiertos de viñedos, también lo cubren un conjunto de viñedos que forman un tapiz de 4’5 hect��reas de donde se extrae Sol del Silencio, un monovarietal de Picual que ha sido la última apuesta de la bodega por expandir su patrimonio.

Dron-2. Una finca con mucho jugo

Foto: Bodegas Habla

8 / 9

Una finca con mucho jugo

 Además, la finca cuenta también con unas caballerizas. Dentro se encuentra la yeguada JT, una de las mayores de caballos de pura raza española del mundo, con gran prestigio después de haber ganado numerosos premios. Han competido y lo siguen haciendo en categorías como la de morfológico o doma clásica. Indio JT, fallecido hace unos meses, reúne tantos títulos que impresiona. “Los vinos son puro entretenimiento, su verdadera pasión es esta” bromea María Victoria.

Foto-16. Una casona para veladas infinitas

Foto: Bodegas Habla

9 / 9

Una casona para veladas infinitas

En la finca también se celebran numerosas celebraciones, con un espacio abierto y vistas al campo y dentro de la gran casona lo que un día fue el picadero ahora ha quedado reconvertido en sala dedicada a la zona de baile y barra libre, entre otros usos, de diferentes eventos., conservando la esencia, sus arcos, aunque sin pista de arena. Las primeras bodas comenzaron a celebrarse hacia el 2012 y fueron todo un éxito. En la sala colindante guardan una maravillosa colección de carruajes de caballos antiguos de diversa índole, muchos de ellos auténticos fueron montados en el pasado. Como el Spider, que sirvió como coche de carreras, al que dan ganas de subirse y galopar campo a través de bonito y elegante que es. Reliquias que transportan por momentos al pasado y a esas competiciones en las que Juan Tirado participó.

Sus vinos se pueden degustar en el salón comedor al que no le falta detalle – está repleto de vitrinas que contienen accesorios caballos-. Delicias extremeñas que no faltan a la mesa acompañan, ibéricos, y como colofón probar su carne. Lomo alto a la brasa del ganado que pasta en sus campos.

Puede que fueran sus vinos quienes les pusieron en el punto de mira, pero todo comenzó mucho antes. Juan Tirado, emprendedor nato, se ha hecho así mismo. Se sumergió en el mundo de la ganadería en el 87 y a sus más de 50 sigue mostrando inquietudes por crecer; ahora está aprendiendo inglés, prueba del nivel de exigencia que tiene consigo mismo.