Romesco en remoto

#CalçotadaEnCasa, la iniciativa para salvar la temporada

Soluciones 'on line' para no perder esta deliciosa tradición.

Una calçotada es mucho más que un plato culinario. Es un ritual, un "disfrutar con los tuyos" y, en definitiva, una forma de celebrar la vida. Cada año, Cataluña se prepara para recibir la temporada de esta cebolleta, que va de noviembre a abril aproximadamente, pero que vive su punto álgido los tres últimos meses, sobretodo los fines de semana de más calor. Este año, la temporada se ha visto afectada por las consecuencias del COVID-19, justamente cuando más reservas suele haber. Sin embargo, y por suerte, todavía se puede seguir disfrutando de este producto. Sí, en casa y por todo lo alto.

Calçotada

Foto: iStock

Calçots

Quédate en casa y come calçots

Los sectores del turismo y la restauración son de los más afectados por la cuarentena y, como parte de un mismo engranaje, los productores y agricultores también se han visto perjudicados. Tras cancelaciones de calçotadas y comandas, estos han hecho un llamamiento a seguir comiendo calçots en casa.

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Sí, será sin la fiesta colectiva que tanto caracteriza a esta tradición catalana, pero servirá para salvar la temporada y a los productores. Así, para intentar suavizar las pérdidas, la fundación Espigoladors, que lucha contra el desperdicio alimenticio, ha lanzado el hashtag #calçotadaAcasa. Es tan fácil como, el día que se sale a comprar, acercarse al estante o a la parada de calçots y comprar los necesarios.

Calçots
Foto: iStock

También hay tiendas, como Mà de morter, que han apostado por ayudar a los productores de su tierra y hacer envíos a domicilio, directamente del agricultor a casa, sin intermediarios. En sus redes sociales, informaban que quedan más de 5 millones de cebolletas por recoger y animaban a la gente a comprar, ya que "los calçots son más que calçotadas", añadía. Y razón no les falta.

Con o sin romesco

Ya sea en restaurantes, en espacios habilitados para hacer barbacoas o en casa, familias y amigos se reúnen cada año para comer calçots con romesco, beber vino con porrón y alargar las sobremesas hasta que oscurece. Por suerte, se puede seguir manteniendo viva esta tradición en casa y, si no se dispone de brasa, hacerlos al horno, la mejor opción para comérselos al modo tradicional, pero sin mancharse los dedos.

Pero esta cebolleta es mucho más versátil de lo que parece. Puede hacerse rebozada, en sopas, como ensalada, paté o tortilla de patatas.

Calçots
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