Sabor extremeño

Cinco pueblos de Cáceres en los que se come francamente bien

Un recorrido por la provincia marcado por los platos tradicionales, los productos locales y las recetas de vanguardia.

La llegada de la primavera es uno de los momentos más bellos para acercarse a visitar la provincia de Cáceres. La riqueza monumental de la capital o su precioso Valle del Jerte son algunos de sus mayores atractivos en unas fechas en donde la floración crea un paisaje espectacular de blanco impoluto que combina la naturaleza con uno de sus productos fetiche, la cereza del Jerte. Pero en este recorrido, el protagonismo lo tienen diversos pueblos que merece la pena conocer a través de su historia, su cultura y u naturaleza, pero también para hacer una parada y descubrir su gastronomía. Estos son algunos de los pueblos donde comer rico en los alrededores de la provincia de Cáceres.

Navalmoral de la mata

El origen de Navalmoral de la Mata se remonta al siglo XIV cuando se asentaron allí numerosos pastores dando lugar a un gran aprovechamiento comunal de las tierras. En esta villa no hay que dejar de visitar tres conjuntos arquitectónicos: la iglesia de San Andrés, la ermita de las Angustias y las ruinas de la iglesia de Santa María de la Mata. Y muy cerca de allí se puede disfrutar de espacios naturales como el Parque de Monfragüe, la comarca de los Ibores y más al norte las comarcas de la Vera y el Valle del Jerte. Para comer hay que ir a La Terrazita, un restaurante ubicado en la zona industrial del pueblo que ofrece cocina tradicional de producto especializada en carnes y mariscosa la brasa. Un lugar donde la tradición y la modernidad se entretejen.

La Terrazita
© La Terrazita

Trujillo

El castillo medieval que se erige sobre una colina es uno de los puntos más conocidos de Trujillo, pero tiene muchos más como la plaza Mayor, la Casa Museo de Pizarro, su Alcazaba, el Parador o el Palacio de los Carvajal Vargas. En el plano gastronómico, uno de sus mayores atractivos es la Feria del Queso donde se dan cita algunos de los grandes quesos de España para todos aquellos amantes de este lácteo. No hay que dejar de probar las recetas locales como las migas, el bacalao otros platos típicos de la mesta -pues esto en el pasado era un cruce de caminos-, ni de visitar alguna de sus bodegas, como Bodegas Habla, donde conocer el proceso vitivinícola de esta zona. Y, si lo que se busca es comer bien, hay que pasar por Alberca, un restaurante ubicado en casona de piedra del casco antiguo que ofrece una cocina tradicional actualizada en la que las brasas de encina son las protagonistas.

Alberca
© Alberca

Jaraíz de La Vera

Conocida por ser la capital del pimentón de La Vera, una de las especies más conocidas de nuestro país -base de muchas de nuestras recetas-, Jaraíz de La Vera cuenta con un rico patrimonio natural y cultural que hace digna a esta villa de una visita. Su situación entre el Parque Nacional de Monfragüe, la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos y el Parque Regional de Gredos la convierten en una parada obligada, también para comer. La Finca - Villa Xarahiz es un lugar perfecto para reponer fuerzas, un restaurante de cocina regional que ofrece un menú degustación y otro de temporada elaborados, ambos, con productos de la zona y cada estación. Las carnes de ibérico, la lechona o el cabrito verato son algunas de las carnes que nunca faltan en su carta, junto con las famosas migas de la abuela Fidela, un clásico de la casa.

villa
© Finca - Villa Xarahiz

 

Hervás

Uno de los pueblos con más encanto de Cáceres es Hervás. Ubicado en las faldas de la sierra de Béjar, es perfecto para recorrerlo a pie. Su judería todavía mantiene el entramado de callejuelas laberínticas propias de la época, con pequeñas plazas llenas de macetas con flores que ponen color a sus casas de arquitectura tradicional. Un paseo por sus calles es suficiente para enamorarse de esta villa, pero no hay que irse sin antes pasar a probar su cocina tradicional por Mesón El 60 o el restaurante Azacán, donde descubrir la cocina extremeña revisada: basada en la cocina regional, hecha con técnicas de vanguardia, producto local y dando lugar a sabores tradicionales. Un lugar donde la tradición y la vanguardia son compatibles.

ajoblanco
Ajoblanco © Hervás

Jarandilla de La Vera

El segundo municipio más poblado de La Vera después de Jaraíz también es un lugar al que ir disfrutar de la naturaleza y la gastronomía. Sus calles están llenas de pequeñas construcciones de aire medieval que trasladan al visitante a un viaje hacia el pasado. No hay que dejar de ver el Monasterio de Yuste, la iglesia de Nuestra Señora de La Torre y recorrer el Valle del Jerte, sobre todo, en su época de floración, durante la primavera. Y, para culminar el viaje, una comida en el restaurante Al Norte, donde la chef defiende una carta de base tradicional que oscila entre los platos actuales y los fusión.