No existe mejor manera de terminar una comida que con una sobremesa. Esta palabra que define ahora las charlas tras las comidas -café o copa en mano, por supuesto- surgió en la época romana. Y es que, tras las comilonas, tumbados en sus divanes, los romanos disfrutaban de espectáculos de acróbatas, bailarines y poetas al tiempo que comían fruta y bebían vino. Algo que más tarde derivó en el medievo en el entretenimiento con juglares y trovadores y en la sociedad burguesa con obras de teatro y óperas. Esta evolución de la sobremesa ha llegado a nuestros días como una charla distendida entre familiares y amigos en la que se pone en el centro de todas las miradas a la coctelería. Más aún si es Navidad. Aquí una selección de combinados para todos los gustos que, además, se pueden realizar en casa.