Coffee Addiction

Todo sobre el Cold Brew Coffee, el café más puro

Los baristas de todo el mundo han llegado a la misma conclusión: esta infusión en frío de café es la forma definitiva de tomar esta bebida.

Es posible que los fanáticos del café conozcan de sobra la nueva moda que empieza a florecer entre las cafeterías más modernas, la del cold brew coffee. Una tendencia que se basa en una técnica no tan propia de este producto: extraer la esencia del café a partir de una infusión en agua fría.

Cada vez son más las cafeterías que ofertan café de especialidad y se salen de sus cartas con otro tipo de preparados como el flag white coffee, long black, affogato, freshpresso o, incluso, tonic espresso o ginger ale espresso. Pero, ¿qué hay del cold brew coffee?

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Por qué el cold brew coffee es mucho más que una moda

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Cold Brew Coffee: Mucho más que una moda

El cold brew coffee ha llegado para quedarse y tiene todas las garantías de convertirse en uno de los favoritos de los amantes del café, tanto fuera como dentro de casa. Y es que es todo lo contrario a un espresso porque, mientras éste tarda 25 segundos en ser extraído por calor, el cold brew coffee necesita entre 12 y 24 horas para obtener toda su esencia. Esto significa que el sabor, el olor y los aromas, es decir, todas sus características organolépticas, se obtienen por tiempo de infusión y no por calor.

Un sí rotundo al cold brew coffee

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Un sí rotundo al cold brew coffee

Este café que se infusiona en frío, según varios estudios, es un 60% menos ácido y amargo que los cafés que se preparan en caliente. Es así porque los posos de café, al no estar expuestos a altas temperaturas, no extraen los aceites más profundos del grano haciendo, además, que su sabor sea más intenso y menos amargo.

Menos acidez, más sabor

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Menos acidez, más sabor

Esta intensidad de sabor y una menor acidez y amargor, nos lleva a que infusionando un café de calidad no sea necesario hacer uso de azúcares o edulcorantes de ningún tipo. Un punto fundamental para disfrutar de un buen café, puesto que según los catadores, si el café es bueno debería tomarse solo -ni siquiera con hielo- y sin azúcar.

Además, este proceso de preparación también influye en la cantidad de cafeína que contiene la bebida, puesto que, a mayor tiempo en contacto con el agua, mayor cafeína suelta el grano.

Café ad-hoc

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Café ad-hoc

El cold brew coffee puede prepararse en la cantidad que apetezca y puede mantenerse en el frigorífico hasta dos semanas. Tiene la ventaja de que se puede ir preparando según se necesite, de manera que no se desperdicie.

Adiós a las cápsulas de plástico

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Adiós a las cápsulas de plástico

Pero el cold brew coffee, además de sus beneficios organolépticos también tiene otros a favor del medio ambiente. En un momento en el que las máquinas de café de cápsula se encuentran en un alto porcentaje de hogares -considerando las mismas uno de los grandes contaminantes de la actualidad, puesto que no son reciclables-, el cold brew coffee se posiciona como una alternativa sostenible al consumo de café en casa. Es la vuelta a los orígenes, a descubrir el buen café y a poderlo disfrutar desde el hogar al tiempo que se cuida el medio.

Beber cold brew coffee

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Cómo beberlo

El cold brew coffe se puede servir frío o caliente y en la cantidad que se desee. Al estar más concentrado que el café de cafetera, si se quiere servir frío, solo hace falta añadir más agua fría y unos buenos hielos -importante el tema de los hielos-. Mientras que, para su versión en caliente, con hervir agua en una kettle -o microondas- y añadirla en la cantidad al gusto, estaría listo. Además, se puede mezclar con leche o incluso nata, elaborando un café mucho más cremoso.

Cómo elaborar el cold brew coffee

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Cómo preparar el cold brew coffee

Ingredientes

  • 100 gramos de café recién tostado de alta calidad molido en trozos grandes
  • 1 litro de agua mineral

Preparación

Elaborar el cold brew coffee es muy sencillo. Lo importante es contar con un buen café y con agua mineral, para lograr la bebida más pura posible. Se puede preparar infusionándolo en cualquier recipiente, o en una cafetera de filtro o émbolo.

Para ello, basta con dejar macerar 100 gramos de café por cada litro de agua, por un mínimo de 12 horas y un máximo de 24, en función del gusto que se quiera que tenga. Cuanto más repose, más sabor se transferirá al agua. En este punto se trata de jugar con los diferentes tostados de café y con el tiempo de infusionado, con el fin de encontrar el café perfecto a cada uno.

Pasado ese tiempo, se cuela con un colador o con una gasa o tela ligera y se embotella. Se puede guardar en el frigorífico hasta 14 días e ir consumiéndolo poco a poco.