Más de 200 kilómetros esquiables distribuidos en 127 pistas para todos los niveles con nieve fresca hasta bien entrada la primavera. A las cifras de vértigo de uno de los dominios esquiables más grandes de los Pirineos se suma algo que se se viene cociendo a fuego lento desde hace años, una oferta gastronómica del más alto nivel servida a lo largo y ancho de la estación. Una experiencia foodie que no solo se disfruta a pie de pistas, sino entre ellas.