No hay motivos que expliquen el porqué la Conca de Barberà -Cuenca de Barberá en castellano- es una de las grandes Denominaciones de Origen (DO) más desconocidas del país. Y es que no son muchas las que puedan presumir de tener una ruta que aúne la viticultura con la arquitectura modernista ni un monasterio cisterciense que haya recuperado la labor vitivinícola.
La Conca de Barberá es un diamante en bruto. Es la combinación perfecta entre patrimonio, viticultura y cultura. Y muestra de ello son, por supuesto, las 23 bodegas que pertenecen a la denominación, pero también cada uno de los pueblos que inundan esta comarca como Poblet, Montblanc, Sarral o L’Espluga de Francolí. Una zona plagada de naturaleza e historia para descubrir en primera persona.