El Delta del Ebro ocupa el territorio que queda al este de la N-340 a su paso por el sur de Cataluña. Los municipios situados dentro del Parque Natural del Delta del Ebro se han nutrido durante siglos de la rica materia prima que puebla sus tierras: arroz, marisco, pescado, aves y otros productos de la huerta que han sabido llevar al plato en preparaciones que se sirven rodeadas de paisajes de cuadro y ambiente único. Con el río y el mar como principal conductor de su gastronomía, estos restaurantes son una apuesta segura para degustar el Delta desde sus recetas más tradicionales hasta las más innovadoras, eso sí, siempre con las raíces como punto común.