El vocabulario del Priorat viene ligado a palabras como llicorella, garnacha y cariñena. La primera hace referencia a la particularidad de su tierra, dominada por la pizarra llena de minerales que aporta a los terrenos inclinados de la región la fortaleza que necesitan sus cepas. Las siguientes, a las variedades de uva que predominan en la región. Todo esto, sumado a la longeva historia vinatera, que comenzó en Escaladei con los monjes cartujanos, hacen del Priorat una de las zonas vinícolas más interesantes de España y una de las dos únicas Denominación de Origen Calificada del país.
Paisajes de lomas y sierras con pequeños pueblos que miran a las terrazas y sinuosas curvas de vides remontando las laderas ponen la guinda a un recorrido por algunos de sus mejores y más históricos cellers (bodegas) y a la cata de sus vinos, reconocidos internacionalmente.