El Empordà se conoce hoy por sus
paisajes rurales, pueblos medievales, playas y calas mediterráneas, y también por su gastronomía, especialmente la elaborada con productos de cercanía. Junto a los vinos que se producen con la denominación de origen homónima, esta comarca también posee una
antigua tradición arrocera. El mejor lugar para descubrirlo es el pueblo de Pals, cuyo
molino de arroz –aún a pleno rendimiento– remonta sus orígenes al año 1452. Y es que el
cultivo del arroz de Pals se remonta al siglo XV, cuando era una pequeña aldea encaramada a un peñón rodeado por extensos arrozales. Hoy son más escasos, pero los que se conservan permiten al viajero degustar este producto cocinado de múltiples formas en
los restaurantes de la zona.
Además, cada primavera se añade desde hace más de 25 años el deleite gastronómico de una campaña dedicada a su producto estrella. En 2019, la XXVI edición de
Pals i la cuina de l’arròs permite disfrutar
hasta el 12 de mayo de las propuestas de muchos restaurantes que presentan en sus menús platos elaborados con este ingrediente. Estas jornadas culinarias se complementan con paseos guiados por el núcleo antiguo del pueblo,
rutas literarias y de leyenda, mercados con productos de la tierra, cursos de cocina, visitas a molinos, plantada y siega tradicional del arroz, paseos por los arrozales y talleres de manualidades confeccionadas con las espigas de este milenario cereal originario de Asia.