Macarena Escrivá
El Caribe mexicano cada día gana nuevos adeptos. Lo hace por sus playas bañadas por las aguas turquesas, por su legado maya, sus cenotes y la calidez de sus gentes. Pero de un tiempo a esta parte, varias zonas de la Península del Yucatán también se han posicionado como destino gastronómico. Es el caso de Tulum (Quintana Roo), uno de los pocos paraísos vacacionales que quedan en México. En Tulum no existen las grandes cadenas hoteleras, sino más bien, un puñado de hoteles boutique en primera línea de playa, rodeados por palmeras y arena fina. Y este boom de pequeños hoteles ha traído consigo la apertura de restaurantes donde probar los sabores genuinos de México, y de Tulum en concreto, donde la cocina bebe del mar.