Enoturismo

El Guggenheim de los vinos y otras arqui-bodegas asombrosas de Portugal

Bodegas subterráneas, minimalistas, exclusivas y llenas de historia. Las nuevas apuestas de enoturismo en Portugal van más allá de la degustación de sus premiados vinos.

Hay quien cruza la frontera por el variado terroir portugués o por sus interesantes variedades, pero las nuevas propuestas de enoturismo van más allá: ofrecen arquitectura, geometría, funcionalidad y técnicas innovadoras. Esta generación de productores vitivinícolas proponen experiencias que combinan el sabor de los vinos de altísima calidad con la arquitectura de sus sedes, que son verdaderas obras de arte. Cada uno de estos cinco proyectos ha sido diseñado para integrar los entornos y paisajes de las regiones que producen los mejores vinos del país en el siglo XXI. 

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Herdade do Freixo

Foto: Herdade do Freixo

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Herdade do Freixo, el guggenheim subterráneo

A primera vista, un hermoso paisaje rural entre la Sierra D'Ossa y Évora se extiende ante la mirada. Pero las encinas del Alentejo esconden un secreto a más de 40 metros de profundidad. Herdade do Freixo es una bodega subterránea, que tiene un total de 3 plantas conectadas por una fotogénica espiral por debajo de la viña de 300 hectáreas. 

El proyecto ideado por Frederico Valsassina Arquitectos nació de la unión de la tecnología y del diseño para cumplir el propósito de proteger el paisaje rural y potenciar la producción de vinos. La idea de no superponer la viña y su terroir es una forma de respetar la naturaleza y generar menos impacto en el equilibrio del ecosistema.

Hacer una bodega subterránea también fue una elección que llevó en consideración las más avanzadas técnicas de enología del mundo. La construcción contribuye a reducir las amplitudes térmicas a lo largo del año con resultados en la preservación del equilibrio y una alta concentración del sabor. Utilizar la propia fuerza gravídica en el proceso de vinificación fue una solución para la producción de vinos con un elevado potencial de evolución en botella. 

Caminhos cruzados

Foto: Caminhos Cruzados

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Caminhos cruzados, la tradición renovada

La bodega Caminhos cruzados surge de la pasión familiar por la zona del Dão, una región pionera en la producción vinícola del país. Hoy, la bodega está bajo la dirección de Paulo Santos y su hija Ligia, que juntos forman parte de la construcción del concepto de un nuevo Dão más moderno con nuevas propuestas enoturísticas. 

Como embajadores de la identidad de esta región, el proyecto de una bodega que emerge de los viñedos de la Quinta da Teixuga tenía que ser un icono. De hecho, es diseño brutalista fue inspirado en el logo de la empresa, donde dos líneas se cruzan de forma a integrarse al ambiente. Su traducción al edificio son dos enormes monolitos de hormigón que dispensan pilares internos obra del arquitecto Nino Pinto Cardoso. 

La experiencia auténtica portuguesa ofrecida por la bodega también forma parte del concepto de nuevo Dão, que honra su historia a la vez que construye algo completamente nuevo. Participar en la Fiesta de las Vendimias, una popular fiesta portuguesa, es una de las actividades estrella de Caminos cruzados. Con tijeras en las manos, los visitantes pueden pasear por la viña, conocer las diferentes castas y participar del proceso de vinificación. 

 

L'AND Vineyards

Foto: L'AND Vineyards

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L'AND Vineyards, el resort del vino

El Wine resort L'AND Vineyards está muy cerca de la ciudad de casas blancas de Montemor-o-Novo, entre playas, olivares y naranjos. Para su proyecto, los experimentados arquitectos de Promontorio buscaron inspiración en los patios amurallados lavados con cal del Alentejo. Las esquinas que dan personalidad al edificio crean juegos de sombras en el exterior mientras que en el interior dibujan instantes de intimidad gracias al diseño de Márcio Kogan. 

La experiencia rural se complementa con un viaje a la nueva gastronomía portuguesa propuesta por el restaurante de L'AND Vineyards. El menú, con productos de proximidad, hace el maridaje de vinos con quesos, hierbas aromáticas, frutas cítricas y verduras de km 0.

 

Taboadella

Foto: Taboadella

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Taboadella, la antigua villae romana

La premiada bodega Taboadella embelesa por su arquitectura, pero también por su historia. Ubicada en el centro de Portugal, este paisaje ya fue una importante comunidad agrícola del Imperio romano. De hecho, en las cuarenta hectáreas entre el Valle del Pereiro y el Valle del Sequeiro había una Villa romana con casas, bodega y hasta granero. La familia Amorim, que tiene una conexión con la producción de vinos que data de 1870, agregó la historia de la villae como parte de la identidad de la bodega. 

Renovada por el arquitecto Carlos Castanheira, una referencia en la arquitectura portuguesa, la bodega tiene un diseño simple y funcional. El techo ondular imita el pequeño afluente del río Dão que pasa por la propiedad mientras que la madera es el principal material del espacio de producción y maduración del vino. Ya en el entresuelo, hay un espacio que funciona como laboratorio para experimentación vinícola.

 

Adega Mayor

Foto: Adega Mayor

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Adega Mayor, la bodega minimalista

Ser un eterno aprendiz de la naturaleza. Es el concepto inicial del proyecto de la Bodega Mayor, que nació justo al otro lado de la frontera, en la región del Alto Alentejo. Las formas geométricas producidas por los trazos limpios y precisos del arquitecto Álvaro Siza Vieira se convirtieron en una referencia arquitectónica mundial. Y en su homenaje, crearon el vino Siza, producido a partir de una monovarietal de Alicante Bouschet, que resulta en un concentrado vino de color profundo. 

La experiencia de degustar el Siza y los otros vinos especiales de la casa se completa con la visita a esa estructura minimalista en blanco que contrasta con el verde de la viña. La terraza de la Bodega es una de las partes destacadas de la obra, con vistas panorámicas hacia las montañas del Parque Natural de la Serra de São Mamede.

 

L'AND Vineyards