SABOREANDO LA COSTA
La pequeña localidad de Comarruga, perteneciente a El Vendrell, es la cara marítima del pueblo. Situada entre el nudo de comunicaciones de la estación de tren de Sant Vicenç de Calders y el suave oleaje del Mediterráneo, no faltan en su pequeña extensión joyas como el hospital reconvertido en el hotel de lujo Le Méridien Ra Beach Hotel & Spa o la casa de verano de Pau Casals, Vil·la Casals, donde ahora se erige un museo dedicado a su carrera musical.

Vil·la Casals
Las tres antiguas casas de invitados, anexas al edificio, es donde hoy se ubica el restaurante cuyo nombre rinde homenaje a la antigua vivienda. La terraza frente al mar sigue como antaño, salvo que ahora un puñado de mesas se reparten entre el espacio y el comedor para ofrecer a los visitantes una cocina mediterránea de mercado y fiel al entorno. Los cinco sentidos se entregan al mar, visible hacia el horizonte, pero también en el plato, donde las gulas al ajillo, los caracoles de mar con alioli o las croquetas de rape y gambas son la antesala perfecta para preparaciones como la sinfonía de canelones de mar gratinados o la vaporada de mejillones al cava.
A cinco minutos a pie por el Paseo Marítimo de San Salvador se encuentra uno de los restaurantes más famosos de Comarruga: el Casinet. El local, ubicado en un edificio histórico construido a finales del siglo XVIII que funcionó como almacén, casino y discoteca, cuenta con un Solete en la Guía Repsol. Sergi Escolà, el chef al mando de este interesante punto gastronómico, consiguió llevar a cabo en 2018, diez años después de inaugurar el Casinet, uno de sus mayores proyectos: Mimcook, un paellero de precisión puntera que le ayudase a conseguir la misma calidad en todas sus paellas.

El Casinet
Las más de 300 raciones diarias de arroz que sirve el equipo de Escolà no solo reafirman lo necesario de su ambicioso reto, sino la calidad y la fama de la que gozan entre los comensales. El espacio también hace su parte: es difícil elegir entre sus mesas frente al mar, el amplio comedor, el íntimo altillo y el gran patio, mágicamente iluminado por las noches.
Lo mismo pasa con sus paellas, hechas con productos de proximidad, como el arroz de Illa de Riu o el pescado fresco de la lonja de Vilanova i la Geltrú. Más allá de sus ensaladas y fríos, a los que es difícil resistirse, los platos tradicionales se suceden en carta junto a guiños asiáticos y una amplia selección de vinos y cavas muy cercanos, todo redondeado con un final clásico, un carrito de deliciosos postres caseros.
Volviendo a recorrer el Paseo Marítimo, dejando atrás la terraza de Vil·la Casals, vienen al encuentro los olores de La Cuina de la Marga, abierto hace más de dos décadas por Margarita y ahora bajo la batuta de su hijo, Àlex Hellín. Guiado por su amor por la cocina marinera, el chef decidió potenciar la paella, el pescado y el marisco con platos como la ventresca de atún con aceitunas de Kalamata o los moluscos y navajas del Delta, de donde proceden también sus arroces.

El Casinet
Más allá de las propuestas clásicas de arroz del señorito o paella marinera, Hellín ofrece recetas más personales, como el arroz de bacalao y butifarra negra, el de setas y foie o el romesquet, con sepia y almejas. Además de buena mano en la cocina, el chef también tiene maña con la carpintería, algo que se puede apreciar en el restaurante, donde mesas, sillas y bancos están hechos en su propio taller, al igual que los cuadros y la decoración marinera que ambienta el local.
BRUNCH, COMIDA Y CENA
Monet’s Brunch es una cafetería desenfadada que abrió en plena pandemia para ofrecer algo diferente a El Vendrell, un servicio de brunch al más puro estilo americano, en un local decorado con carteles de series y películas, un rincón de lectura y platos con nombres hollywoodienses. Gofres, pancakes y chocolate se hacen cada día a mano, en una carta que incluye desde smoothies hasta tés, además de zumos y cafés, sin olvidar los helados, las brochetas y una amplia variedad de bagels, croissants y sándwiches con un gran surtido de opciones para mañanas y tardes de relax.
Una gran opción para comer en el centro del pueblo es L’Enxaneta, un gastrobar que desde 2017 regenta la pareja de César Portillo y Daniela Belvisi, dueños también de L’Alquimista. Sus procedencias, ecuatoriana e italiana respectivamente, se han fundido de lleno en su cocina, en la que tampoco falta el toque mediterráneo y un guiño a su pasión por la cocina japonesa. Además de su punto diferenciador y la inclusión de opciones veganas y para celíacos en el menú, el restaurante es todo un éxito por la gran calidad de su producto, procedente de negocios locales y de cercanía, como el Celler Avgvstvs o los productores de aceite Torclum.

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El coqueto restaurante de La Locanda dei Sapori es, sin duda, el lugar perfecto para transportarse a una trattoria italiana nada más cruzar la puerta. No es el país vecino, pero Davide Adorno se encarga de que lo parezca en un local donde la música, la decoración y la iluminación crean un microclima que la carta redondea. La cesta del chef se llena con carnes y pescados del mercado local, pero también con productos que trae de Italia, como la burrata, el tomate, la harina o las conservas. Difícil decidir entre su amplia oferta de carnes, pescados, pizzas y risottos, pero su especialidad es la pasta con marisco, y su postre más curioso, el fuet de chocolate.
EXPERIENCIAS VINÍCOLAS
La transitada N-340 tiene una parada obligatoria, el Km 1187. En este punto de la carretera que recorre el Mediterráneo se encuentra el espacio de degustación homónimo, ubicado dentro de la tienda Jané Winestore, una nave de 700 m2 donde se ofrecen miles de referencias de cervezas, licores, destilados, cavas, refrescos y, por supuesto, vinos, tanto de las DO Penedès y Cava como otras nacionales e internacionales. Algunos de estos productos, además, son de producción propia, como el licor de arroz El Petonet, reconocido como Mejor Licor de Innovación de 2018 por la Feria Alimentaria.
Dentro de la tienda, donde también se venden productos delicatessen de alimentación, como quesos, jamón, embutidos, conservas y dulces, entre otros, se encuentra el Km 1187, un espacio de degustación donde probar muchos de los alimentos y bebidas de los lineales. Tapas, aperitivos, bocadillos, desayunos, comidas y cenas se sirven en una nave de diseño donde encontrar lo mejor del territorio.

Cellers Avgvstvs Forvm
En otra carretera, esta vez en la que conecta El Vendrell con otro de sus núcleos de población, Sant Vicenç de Calders, asoma el Celler Avgvstvs Forvm, una bodega que elabora vinos y vinagres y que exporta sus productos a más de 40 países de todo el mundo. Las variedades de xarello, malvasía de Sitges, macabeo, garnacha o tempranillo se mezclan con el cabernet, el merlot o el chardonnay en un cultivo sostenible desde la tierra hasta la botella.
Vinos tintos, blancos y rosados acompañan a vinagres y aceites de oliva virgen extra no solo en la bodega, sino también en el Degvsta Restaurant, donde el chef Jordi Guillem cocina recetas modernas que imitan los métodos de conservación y cocción utilizados hace más de 2.000 años por los romanos, y que se sirven frente a dos mares: el de viñas y el Mediterráneo. Pero la oferta gastronómica y enoturística no acaba aquí, pues también se puede disfrutar de visitas teatralizadas, descubrir las barracas de piedra seca y hacer diferentes catas.
BOCADOS DULCES Y SELECTOS
No existe un vendrellense que no conozca este local del centro del pueblo, punto de encuentro y lugar de visita obligada para quienes se acerquen a la localidad. L’Obrador d’Oriol Rossell, un negocio familiar que se inauguró en 1918 bajo el nombre de Ca l’Altet y con la panadería como actividad principal, es ahora una pastelería, cafetería y tienda gourmet cuya batuta lleva el bisnieto del creador y que luce un Solete Repsol, además de una Fava d'Or que le sitúa como mejor pastelería del Camp de Tarragona y las Tierras del Ebro.

L'Obrador d'Oriol Rossell
Formado en la Escuela Hoffman, Rossell trabaja codo con codo con su pareja, Maria Vidal, para ofrecer un gran surtido de productos, que van desde las cocas dulces y saladas, su especialidad, a la bollería, los pasteles y otros pequeños – y algo más grandes – bocados. Las combinaciones y los productos innovadores, más allá de los clásicos siempre presentes, son una seña de identidad de un obrador en el que los ingredientes siempre son de temporada y de proximidad, desde las cocas hasta los pasteles o lo rellenos de sus famosos croissants. Algarrobas, calçots, setas, tomates… la época es la que marca lo que se ve en su escaparate y que hace que en cada visita se pueda probar algo distinto.
En la Plaça Vella, bajo el campanario custodiado por el ángel soldado Tobías, se encuentra L’Alquimista, una heladería que va más allá de su calificativo y se erige como un proyecto gastronómico donde la norma es el producto de proximidad y la máxima calidad. La innovación y la tradición son dos de los ejes del negocio ideado por los dueños de L’Enxaneta, que cuenta con un socio especial: el chef Jordi Guillem, que fue chef del restaurante Lo Mam de Le Méridien Ra Beach Hotel & Spa y subcampeón del mundo del Gelato World Cup en dos ocasiones.

L'Obrador d'Oriol Rossell
Pero en su taller no solo se preparan helados hechos con leche fresca pasteurizada en su propio taller, con productos de temporada y de proximidad, como higos ecológicos, melocotón de Ordal, arroz con leche Molí de Rafelet, aceite Torclum, fresas del Maresme o avellana de Reus. También realizan repostería, productos veganos y sin gluten, bombones, bizcochos, mochis, crepes y otros dulces estacionales, como el panettone o los turrones. Los helados de autor se combinan durante el resto del año con otras bebidas, como sorbetes, chocolate fundido o café de especialidad, en un negocio que aspira a ampliar su oferta, ofreciendo también panes sin gluten bajo la batuta del experto Maurici Cot.
Siguiendo las calles peatonales del centro del pueblo se pueden encontrar otros negocio con una buena oferta dulce. Fargóes una pastelería y cafetería degustación cerca de la concurrida Plaça Nova regentada por Cesc Armengou y Emma García. Con la experiencia de ambos en el Hermitage de Andorra, en el Le Méridien Ra Beach Hotel & Spa y junto a Nandu Jubany, además de los Hermanos Roca en el caso de Cesc, han decidido cumplir un sueño y crear un negocio propio donde ofrecen servicio de cafetería y delicias como los típicos bufats de Vendrell, cocas, pasteles, buñuelos o milhojas, entre otros dulces.
DE TODA LA VIDA
En El Vendrell, más allá de pastelerías, pequeños y sabrosos negocios y un universo de vinos, también existen negocios con solera cuya larga experiencia no solo afianza al comensal vendrellense, sino que también conquista al temporal. Uno de ellos es el Restaurante Pizzería Trastevere, la primera pizzería que se abrió en el pueblo, un 18 de mayo de 1982. Sus dueños, que antes se habían dedicado al mundo del textil, se lanzaron a la aventura y bautizaron el local con el nombre del barrio de Roma que les hizo decidirse.
Ahora, sus hijos llevan las riendas de un lugar cuya carta tiene una base tradicional pizzera, pero abierta a la creatividad y al cambio, con un buen surtido de ensaladas y platos típicos de la gastronomía italiana, como risottos, carpaccios y quesos, acompañados de grandes vinos de distintas denominaciones. La pasta, la carne de la comarca y las salsas también son una prueba de su gran mano para la cocina, de donde también salen postres caseros, helados y sorbetes.

Masia Francàs
Fuera del núcleo de El Vendrell, en la N-340 y tan solo a un km de la tienda Jané Winestore, se alza el Restaurante Masia Francàs, que recibe el nombre de la urbanización donde se ubica. Esta construcción del siglo XII perteneció al Rey Martí I y ahora están capitaneadas por el chef italiano Tony Greco, con más de 50 años de experiencia en cocinas de todo el mundo. Más allá de su gran salón de eventos, el recinto cuenta con terraza y comedor interior, además de jardines idílicos con vegetación, fuentes y esculturas que invitan a pasear.
Entre los platos más famosos del chef, entre los que cuesta elegir pero cuyo éxito es mayor, están algunos como el risotto, elaborado en el interior de la rueda de parmigiano, o los raviolis de trufa blanca y setas con gorgonzola. Sin embargo, también son dignos de mención clásicos como los spaghettis con frutti di mare o los gnocchi alla sorrentina, recetas que no dejan indiferente a ningún amante de la cocina italiana.
Volviendo a la costa de Comarruga, a escasos metros del Riuet, se encuentra Casa Pepe, un local de marcada gastronomía marinera que mira al mar desde hace más de 45 años. Este humilde local es famoso por sus tapas de delicias marineras, como calamares, sevillanos y almejas, y sus paellas, como la de bogavante o el arroz de temporada con conejo y calçots.

Facebook Restaurant Xaloquell
Más cerca del Restaurant Vila Casals se encuentra el Restaurante Xaloquell, a dos calles del paseo marítimo, que inició su andadura en los años 70 y tuvo mucho éxito como lugar para celebrar eventos. A lo largo de estos 50 años se han hecho cambios, introduciendo una bodega y reformando el espacio para seguir organizando fiestas, comidas y cenas donde reinan las fideuás y los suquets, pero también los ahumados, el marisco y un gran surtido de carne, pescado, pastas y oferta vegana.