Se formó la gozadera

La Habana en 7 restaurantes indispensables... y revolucionarios

Entre paladares, edificios llenos de color y un pasado todavía latente, la gastronomía cubana florece en su capital como nunca se había visto.

Al son de la salsa y el jazz, la capital cubana traslada a sus visitantes a un viaje en el tiempo. Un recorrido por la decadencia de la capital de un país en el que sus ruinas se convierten en las mejores vistas para disfrutar de su gastronomía. La Habana está que arde y sus locales gastronómicos tienen mucho que decir. Desde los clásicos paladares -en los que la visita es obligada- hasta los locales más modernos y alternativos. En Cuba cada visitante encuentra su sitio.

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El Cocinero

© El Cocinero

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El Cocinero

En una antigua fábrica de aceite de soja y cacahuete se localiza uno de los restaurantes más sorprendentes de la ciudad. Está pegado a la Fábrica de Arte Cubano, un laboratorio de creación en el que se expone lo mejor del Arte Contemporáneo Cubano. Un espacio generalista que se abre al intercambio de las diversas manifestaciones artísticas en la que, la gastronomía, ocupa un papel relevante.

En El Cocinero la experiencia gastronómica se redefine hasta el punto de que a lo largo del menú se van adaptando las recetas internacionales a los ingredientes locales y distintivos de la isla. Y no son muchos, porque en Cuba todavía a día de hoy a restricciones en el uso de alimentos. Es una cocina creativa a la que se le echa imaginación para reformular recetas sin tener ingredientes. Cocina de supervivencia, con toda la información que tenemos hoy día pero sin ingredientes. También es, un poco, cocina de superación en un ambiente que más podría parecer Madrid o Barcelona que La Habana.

El Chanchullero

© El Chanchullero

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El Chanchullero

Aquí jamás estuvo Hemingway… es el lema de este sorprendente restaurante localizado en mitad de La Habana Vieja, pues allí se utiliza al escritor como reclamo para la visita de algunos locales. Pero es cierto, allí nunca estuvo Hemingway. En medio de la descuidada ciudad vieja y a muy pocos metros de La Floridita aparece este pequeño bar con mesas de madera que destaca por su modernidad dentro de la decadencia de la capital cubana. En El Chanchullero la música europea está a la orden del día y su decoración moderna, sin llegar a ser pretenciosa, demuestra que en este local se vive algo diferente.

Los precios de la carta echan a los más viajeros para atrás al primer vistazo, pues están en CUCs (peso cubanos convertibles, una moneda hecha en exclusiva para el turismo) a diferencia de los restaurantes donde van los locales, cuyo precio se mide en CUPs (peso cubano). Nada tiene que ver el uno con el otro, sobre todo, al cambio. Pero volviendo a la comida, cabe recalcar que este local no está lleno de turistas, también van los cubanos. Esta es la regla principal de todos los expertos en viajes: no comer en un restaurante que está creado para el turismo. Pero, a pesar de que el precio se mida en CUCs, los platos no sobrepasan los cuatro o los cinco euros y es cocina cubana criolla con un twist de modernidad. Raciones grandes, consistentes, locales y sabrosas como las enchiladas de camarón, las brochetas de langostino y las ensaladas con aguacate a la brasa. No se puede ir a La Habana sin pasar por El Chanchullero.

Jesús María 20

© Jesús María 20

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Jesús María 20

Entre las calles de San Ignacio e Inquisidor aparece una de las últimas aperturas de este año, Jesús María 20. Una azotea en mitad de La Habana Vieja, esa que todavía no se ha restaurado y cuya esencia se debe a su continuo paso del tiempo, cargada de obras plásticas de artistas cubanos. Allí, entre casas medio derruidas, azoteas a medio construir y grafitis en sus paredes, se encuentra su terraza en la que la combinación entre coctelería y pescado frito de la tierra y alguna que otra burger se convierten en la mezcla perfecta para disfrutar de sus vistas. Lo mejor viene al caer la noche, cuando los farolillos se encienden y la música comienza a subir. Y se formó la gozadera...

La Guarida

Entrada a La Guarida © La Guarida

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La Guarida

Es uno de los restaurantes más famosos de La Habana y el escenario de la película Fresa y Chocolate. El aire vintage del local, al que se suma el de la decadencia del exterior, te hace trasladarte a un ambiente de los años 50. Su restaurante es uno de los más conocidos de la capital y su terraza una con las mejores vistas a la ciudad, 360 grados.

La Guarida está ubicada en un palacete de principios de siglo XX, algo destartalado por fuera pero en el que se come como si estuvieras en una casa de una familia cubana, o lo que es lo mismo, un paladar en el que cada cliente es recibido como en su propia casa. El lechón, el picadillo a la criolla, el ajiaco, moros y cristianos y el arroz congrí son algunos de los platos más demandados de este escondite en pleno centro.

El del Frente

© El del Frente

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El del Frente

Este rooftop es uno de los mejores para ver el atardecer de La Habana mojito en mano. Es un bar diminuto, lleno de locales y turistas que se acercan hasta allí para disfrutar de la brisa de el mar Caribe con jazz de fondo. Porque aquí siempre hay música, casi siempre en directo.

La azotea de El del Frente, ubicada en una casa de estilo modernista de la parte vieja de la ciudad, está decorada con tonalidades claras en la que la iluminación juega a hacer contraste entre las luces y las sombras. Allí pone el color el mobiliario que, en hierro forjado destaca por sus colores rojos y azules en combinación con mesas de madera. Y, de sus paredes, cuelgan obras de jóvenes artistas cubanos a los que la dictadura casi les queda lejos. En la barra se ofrece una amplia carta de cócteles para maridar con platos que mezclan la cultura cubana con un viaje alrededor del mundo: croquetas de arroz con pollo, nigiris de anguila, ceviches de marisco de la zona, arroz con frijoles y plátano frito y su clásico, los tacos de langosta.

Malecón 663

© Malecón 663

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Malecón 663

Es hotel boutique, café, restaurante, concept store y rooftop. Malecón 663 lo tiene todo. Está ubicado entre el Centro Histórico y La Habana Moderna, en una casa del siglo XX renovada a lo largo de 2015, y más que un concepto es una experiencia. Un viaje a través de la historia de cuba y de la importancia que la música cubana ha tenido para ellos.

Su restaurante ofrece una carta sencilla pero creativa en la que los productos locales y las recetas cubanas se fusionan con la cocina más puntera de cada país que se puede combinar con la coctelería tropical de su bar La Gozadera, en el patio interior. Pero en lo alto del edificio es donde está lo interesante, una azotea con vistas al mar y música en directo cada domingo al atardecer.

Versus 1900

Versus 1900 © iStock

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Versus 1900

En medio de El Vedado y en una casa colonial de comienzos del siglo XX, se encuentra este paladar con azotea chill out, camas balinesas y ambiente de relax. Entrar allí significa poder adentrarse en uno de los tipos de casas más emblemáticas de La Habana, marcada por la arquitectura cubana y la mezcla de tendencias decorativas -vintage y moderna- que llegan hasta allí.

En el segundo piso se encuentra su restaurante y en la tercera planta, una terraza con vistas al mar. Su carta se centra en la cocina cubana con toques peruanos mientras algún que otro plato de corte internacional se cuela en el menú. ¿Su especialidad? El plátano frito de snack, los chanchitos -cochinillo- al horno, el arroz con habichuelas y la ropa vieja.