Fuerte, intenso, con mucho carácter… Cualquiera de estos calificativos podría servir para definir al vino de Toro. Con una historia que se remonta a los tiempos de los romanos, esta Denominación de Origen ha sufrido una evolución en las últimas décadas que le ha granjeado el reconocimiento y la fama internacional. A pesar de tener un pasado marcado por la dureza de sus vinos, la D.O. Toro ha sabido modernizarse con las últimas tecnologías y cuidados procesos de elaboración para reivindicarse como un vino de vanguardia sin perder esa personalidad que siempre le ha caracterizado.
Un ejemplo de ello son las bodegas Valbusenda. Situadas a orillas del río Duero con la población de Toro dominando el paisaje, Valbusenda es en realidad un complejo hotelero que suma bodegas y restaurante. Es el enoturismo en estado puro y una clara demostración de que todos los prejuicios sobre este vino y estos viñedos son cosa de cuñados.