Viajar a la capital de Gran Canaria es encontrarse con mucho más que unos días de sol y playa. La gastronomía está creciendo cada vez más, rodeada de cultura, arte urbano, vanguardia y mucha, mucha altura. Sus productos locales son el centro de todas las miradas, poniendo sobre la mesa que el kilómetro cero y la materia prima canaria tienen mucho que ofrecer. Lo mismo sucede con los vinos, en una tierra en la que los diferentes pisos térmicos y las distintas variedades de uva, sumadas a su tierra volcánica, ayudan a los productores a crear las singularidades con las que sorprender a la clientela en cada una de sus mesas. De los restaurantes con Estrella Michelin a las vinotecas y bares de tapas más populares: Las Palmas de Gran Canaria está para comérsela.
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