Desembarcar en esta isla verde y turquesa tiene consecuencias… buenísimas. Y no solo por sus calas de suave arena rodeadas de pinos, o por sus caminos sobre acantilados blancos, o por sus fiestas de verano. Menorca invita a disfrutar de la buena mesa de la mañana a la noche. Platos salados, dulces, caldosos o secos, del mar y del huerto. Las recetas clásicas al estilo de las abuelas o actualizadas al estilo de los chefs más atrevidos. El menú es muy amplio pero si hubiera que elegir, estos son los platos indispensables: