Ubicación exacta Pulsa y descubre la foto del día completa Bon appetit Por qué la baguette se merece ser Patrimonio Inmaterial de la UNESCO Si la pizza napolitana ya forma parte, ¿por qué no lo va a ser la baguette? Lucía Díaz Madurga Periodista especializada en gastronomía y viajes 23 de febrero de 2021 · 13:46 Actualizado a 23 de febrero de 2021 · 15:01 LEER EL ARTÍCULO Es uno de los símbolos de la gastronomía francesa y una de las variedades de pan más conocidas del mundo. Pero todavía le falta algo: que sea reconocida Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 1 /5 © iStock 1 / 5 Un alimento clave El pan es el alimento común a todas las culturas. Es el producto básico y fundamental sobre el que se han sustentado a lo largo de la historia las diferentes dietas. Ha ayudado a sobrevivir a hambrunas y a guerras, al tiempo que se le ha conseguido elevarse a la categoría gourmet. Y para elaborarlo solo se necesitan cuatro ingredientes: harina, agua, levadura y sal. © iStock 2 / 5 La historia de la baguette La popularidad de la baguette llegó a Francia en los años 20, cuando a raíz de la aprobación de una ley sobre la jornada laboral nocturna en la que no se permitía trabajar antes de las 04:00h de la mañana, los panaderos tuvieron que cambiar sus horarios y su manera de trabajar para lograr reducir los tiempos de cocción de sus masas y tener pan recién hecho para la hora del desayuno. Para ello, y sin modificar las cantidades, alargaron y estrecharon sus masas creando barras de pan más finas y alargadas, con una longitud de entre 60 y 70 centímetros, una anchura de 6 centímetros y un peso de 250 gramos. © iStock 3 / 5 Siguiendo la tradición Al comienzo se le llamaba pan de fantasía, pero por su forma terminó derivando en baguette. A día de hoy, bajo el real decreto que se estableció en Francia en 1993 en relación con la baguette y el pan de tradición francesa, se precisa que este pan se elabore según las normas tradicionales: los ingredientes con los que se prepara han de ser únicamente agua, harina, levadura y sal y la fermentación de la masa debe durar entre 15 y 20 horas a una temperatura de entre 4 y 6 grados. © iStock 4 / 5 La importancia de un legado Los panaderos franceses se quejan de que la compra del pan, que ha formado parte durante décadas de un ritual de la vida diaria francesa acudiendo a las panaderías del barrio, está empujando cada vez más a los consumidores a los estantes de las tiendas y supermercados. A por pan, sí, pero pan de mala calidad, congelado y hecho en líneas de ensamblaje gigantescas.Y es que desde que los supermercados comenzaron a vender su propio pan, este producto comenzó a perder calidad -también en nuestro país, por supuesto-. Solo en Francia, desde 1950 se han cerrado más de 30.000 panaderías. Sin embargo, cada vez son más las que vuelven a resurgir, para dar valor a un producto tan preciado como es el pan. © iStock 5 / 5 De la panadería a la eternidad Por esa razón, para proteger este producto y la tradición que lleva a sus espaldas, la Confederación de Panaderos Franceses ha presentado una solicitud a la Organización de Naciones Unidas para incluir la baguette en el listado en el que desde 2017 se encuentra la pizza napolitana y los panes planos de Irán y Kazajstán, el de Patrimonio Inmaterial Cultural de la UNESCO. De esta forma, se protegería un conocimiento que ha ido pasando de generación en generación y el savoir-faire que dicen los franceses, evitando que se maltratase esta elaboración. Francia Destacado NG Gastronomía Restaurantes y bares