Cada vez más, la alta cocina se sale fuera de los circuitos de las grandes ciudades. La naturaleza, el entorno y los productos de temporada son algunos de los motivos que llevan a cocineros y cocineras a descentralizar la gastronomía y ubicarla en lugares rurales todavía por descubrir. Estos son algunos de los restaurantes con Estrella Michelin más rurales de la península, y algunos pueblos con menos de 1000 habitantes más interesantes para descubrir a través de la gastronomía.

Arrea! (Santa cruz de campezo, álava)
La cultura y la gastronomía de la montaña alavesa se dan cita en Arrea!, en Santa Cruz de Campezo, Álava. A sus fogones está Edorta Lamo, quién se ha enfocado en la manera en la que sus antepasados de la zona sobrevivían a base de una cocina de subsistencia recolectando frutos silvestres y cazando y pescando a través de técnicas artesanales, para crear una carta de producto extremadamente local inspirado por la historia del pasado de la zona. Una cocina furtiva y salvaje, como él mismo dice, es lo que les espera a todos los comensales que se desplacen a visitarle.

Ajoarriero © Arrea!
Hospedería El Batán (tramacastilla, teruel)
La pequeña localidad de Tramacastilla, en plena comarca de la Sierra de Albarracín, Teruel, cuenta con una Estrella Michelin en manos de una mujer: Hospedería El Batán, Allí, María José Meda ha sido la responsable de haber roto moldes dentro de la gastronomía de la región, creando un menú en el que se ensalzan los productos propios y de temporada de la zona como las alcachofas, el jamón de Teruel con Denominación de Origen, la trufa negra y los hongos. Además, el restaurante está ubicado en la antigua fábrica de lanas de la zona, ahora convertido también en hotel, donde es posible alojarse.
Venta Moncalvillo (la rioja)
En un pueblo de no más de treinta habitantes, Daroca de Rioja, se encuentra el proyecto de los hermanos Echapresto: Venta Moncalvillo, un lugar donde la cocina rioja tradicional, el producto, la temporada y la sostenibilidad suponen la base de su propuesta. Su entorno y su huerto, regido por los principios de la agricultura biodinámica, son la base de su cocina y la despensa de su restaurante, además de sus abejas, cuya miel es utilizada para sus elaboraciones y para crear bebidas fermentadas como la hidromiel con la que acompañan su menú.

© Venta Moncalvillo
Lera (castro verde de campos, zamora)
En el pequeño municipio de Castroverde de Campos, Zamora, Luis Alberto Lera ha elevado la cocina cinegética al siguiente nivel. La caza es el hilo conductor de un menú degustación que se rige por las temporadas a lo largo de todo el año. La que fuera la casa de comidas de la familia Lera fundada en 1973, hoy en día es un restaurante con Estrella Michelin centrado en el producto local y de temporada trabajado con nuevas técnicas. Además de caza, en Lera el comensal puede encontrar platos de cuchara con legumbres, guisos, lechazos y escabeches.
Molino de Alcuneza (Alcuneza, guadalajara)
En un hotel con sello Relais & Châteaux, un antiguo molino de harinas reconvertido en un espacio para disfrutar de la calma y serenidad que proporciona la naturaleza seguntina, se encuentra un restaurante con una Estrella Michelin. Ubicado en Alcuneza, Sigüenza,y dirigido por el chef Samuel Moreno, Molino de Alcuneza es una oda al producto de la zona, a la temporada y a los productores que hacen posible que el alimento llegue a la mesa. Productos como las legumbres, las harinas -con las que hacen panes de masa madre como de si de un homenaje al lugar donde se encuentran se tratase-, verduras, pescados de río o caza, son algunas de las materias primas que se pueden encontrar sobre sus mesas.

Entrantes del menú degustación © Molino de Alcuneza
La Lobita (navaleno, soria)
Elena de Lucas ha logrado hacer de La Lobita uno de los templos micológicos de Castilla y León. Hasta Navaleno, Soria, peregrinan los amantes de los hongos y las setaspara descubrir a través de sus platos que la naturaleza y el entorno soriano también se come y saborea. Entre sus pases más icónicos se encuentra la serrería del pueblo, un homenaje a las generaciones pasadas que trabajaban la madera de pino en esta zona. Y es que este restaurante con una Estrella Michelin, es una de las paradas indispensables para descubrir la alta cocina rural.