Gastronomía de territorio

Lo que hay que comer en cualquier viaje a Huelva

El producto del mar y el microclima del Parque Nacional de Doñana, surten a la provincia de unos productos de calidad sobresaliente.

La costa atlántica, todo lo que engloba el Golfo de Cádiz -desde el río Guadalquivir hasta la frontera con Portugal-, es la parte esencial de la gastronomía onubense. Mar y tierra se compaginan a la perfección dando lugar a auténticos productos gourmet.

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Mojama de Isla Cristina

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Mojama de Isla Cristina

Uno de los productos de referencia de Huelva es la mojama de atún en salazón, sobre todo, la procedente de Isla Cristina. Su origen se remonta al siglo VII a.C., pero no fue hasta la llegada de los musulmanes cuando esta elaboración fue perfeccionada y adoptó el nombre de mojama.

La mojama, que en Isla Cristina tiene sello de Indicación Geográfica Protegida (IGP), es una parte del lomo del atún que se envuelve en sal gruesa y se prensa. Después se lava y se deja secar durante unos días logrando que coja una textura similar a la del jamón curado o la cecina. Se suele servir en lonchas finas como el jamón ibérico y con un chorro de aceite de oliva con el fin de intensificar su sabor.

Gamba blanca

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Gamba blanca

La gamba blanca es uno de los productos del mar que se relaciona directamente con la provincia de Huelva. Se trata de una variedad de crustáceo que se pesca habitualmente en la zona onubense del Golfo de Cádiz y que, a pesar de no contar con una denominación de origen, su calidad ha hecho que se convierta en un producto reconocible de esta zona. Cuando están vivas, su carne es casi transparente y, cuando se cocinan, la veta del lomo de la gamba se transforma en un naranja intenso proporcionándole un sabor único a la gamba. En Huelva la gamba blanca se prepara a la manera tradicional, cocida o a la plancha y aliñada únicamente con sal gorda.

Jamón de Jabugo

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Jamón de Jabugo

La Denominación de Origen Jabugo abarca el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, y todos los pueblos y municipios que se integran dentro de dicho paraje natural. Este jamón, procedente de cerdos de raza ibérica criados en dehesas en libertad, alimentados únicamente con bellotas y pastos naturales y viviendo en condiciones climatológicas únicas por el microclima de la zona, es principalmente conocido por su singular sabor, además de por su potente aroma y su textura sedosa.

Langostinos Tigre de Sanlúcar

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Langostinos Tigre de Sanlúcar

El langostino Tigre, o Penaeus kerathurus, es uno de los tesoros gastro de Huelva. Se trata de una especie de langostino que se cría en la desembocadura del río Guadalquivir, entre las provincias de Huelva y Cádiz, concretamente, en el Parque Nacional de Doñana.

Aunque proviene de la misma familia que la gamba, su característica inconfundible son las manchas horizontales, naranjas y blancas, que tiene a lo largo de la cola. Pero por lo que los langostinos Tigre de Sanlúcar se diferencian del resto es por su sabor. Éste se lo da las características únicas del lugar donde se crían, de diversidad única, además de ser pescados mediante técnicas artesanales y sostenibles, haciendo que el pescado tenga un sabor mucho más intenso y único.

Coquinas de Huelva

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Coquinas de Huelva

Las almejas más conocidas de la tierra onubense son las coquinas, también llamadas tellinas o pechinas. Son unos pequeños bivalvos con una gran cantidad de nutrientes y de sabor que se pueden preparar al ajillo o con salsa o añadirlas a diferentes recetas como arroz con choco y coquinas (otro plato típico) o pasta a la marinera.

Lo más llamativo de este producto es que se recoge a diario en las playas de Huelva de manera artesanal. Solo hay 120 mariscadores autorizados a trabajar en el Parque Nacional de Doñana recogiendo coquinas y la talla de los bivalvos debe superar siempre los dos centímetros.

Manzanilla

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Manzanilla

El vino manzanilla, con Denominación de Origen Manzanilla – Sanlúcar de Barrameda, recibe el nombre del pueblo onubense Manzanilla. Se trata de un vino que se elabora en Sanlúcar de Barrameda, y otros municipios de su entorno, que puede beberse solo o formar parte del conocido rebujito, que se prepara con vino manzanilla, gaseosa, hierbabuena y hielo, dando lugar a una bebida refrescante que, como dicen los andaluces, entra casi sola. Por ese potencial frescor de la manzanilla, esta bebida habitualmente se toma en el aperitivo y se acompaña de pescado, encurtidos, jamón o marisco de la zona.

Una de las manzanillas más conocidas es la de la marca Solear, considerada la mejor manzanilla del mundo y el único vino español que ha entrado en el top 100 de los Mejores Vinos del Mundo según la revista The Wine Spectator. Este vino es una de las manzanillas con mayor crianza del mercado y sus años bajo el velo de flor le aportan matices sorprendentes como sus toques salinos y yodados.

Fresas y fresones

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Fresas y fresones

Dos de las frutas por las que mas destaca la provincia de Huelva son las fresas y los fresones, aunque las frambuesas, las moras y los arándanos tampoco se quedan atrás. Su origen se encuentra en 1960, cuando el empresario sevillano Antonio Medina trajo a Huelva desde California las primeras plantas freseras.

Estas frutas se cultivan en las inmediaciones del Parque Natural de Doñana, una razón más para mimarlas tanto desde el punto de vista de su sabor como de su cuidado al medioambiente. Y es que, debido al clima tan especial que tiene este lugar -con muchas horas de sol, terrenos fértiles y pocos cambios de temperatura en primavera entre el día y la noche-, en estas tierras se encuentra la mayor concentración de producción de fresas del mundo. Sin embargo, tan solo el 15% de su producción se queda en territorio nacional mientras el resto viaja al extranjero.

Pestiños

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Pestiños

Este dulce típico del sur de Andalucía, y concretamente de Huelva, es habitual encontrarlo en las festividades de Semana Santa y Navidad, aunque ahora también se consume a lo largo de todo el año. Está elaborado con masa de harina y agua, frito en aceite de oliva y cubierto de miel o azúcar.

Su origen proviene del siglo XVI, cuando se encuentra su primera referencia literaria en La Lozana Andaluza de Francisco Delicado en 1528, donde se menciona a los pestiños como parte del repertorio culinario del protagonista. Sin embargo, se cree que su origen es anterior, pues el pestiño está emparentado con la shebbakiyya marroquí, un dulce elaborado con tiras de pasta rebozadas con miel y cubiertas de sésamo, lo que sugiere un origen común, posiblemente andalusí.