La mezcla de culturas y su influencia colonial han dejado en esta isla -y en su cocina- la huella de la historia. Su capital, Santa Cruz de La Palma fue durante el siglo XV uno de los puertos más importantes de occidente después de Sevilla y Amberes, además de servir como punto estratégico de conexión entre Latinoamérica y Europa. De toda esa historia y mezcla de culturas que lleva a sus espaldas, además de la influencia de las migraciones, surgen platos que trasladan el paladar a América, Central y del Sur, sin salir de España.