El Año Nuevo judío se celebra los primeros dos días del mes Tishrei, el séptimo mes del calendario hebreo. Desde el atardecer del 25 de septiembre hasta el atardecer del 27 se dará la bienvenida al año 5783 con un conjunto de tradiciones que buscan reflexionar acerca del año que se deja atrás, un momento de arrepentimiento, reparación, cambio y nuevas expectativas.
Como es habitual en algunas celebraciones judías, no solo hay una parte de profunda introspección, sino también un seder, un tradicional ritual espiritual y gastronómico en el que se sigue una hagadá u orden en las oraciones que se dicen y las comidas que se realizan. La costumbre es ingerir alimentos de naturaleza simbólica, simanim, basada en la forma de este o en su nombre, acompañados de plegarias y deseos de cara al nuevo año.
Dado que la comunidad judía está expandida por el mundo, hay algunas costumbres que se han adaptado a las culturas, los alimentos disponibles y otros hábitos de cada familia y sociedad. Aun así, aquí se presentan los manjares más habituales de este día, aquellos que transmiten buenos augurios para los siguientes meses y para los cuales se dedica una bendición antes de consumirlos. Los comensales se desean un Shaná Tová umetuká (un año bueno y dulce) no solo con el lenguaje, sino con los alimentos y preparaciones que se sirven.