El Coronavirus ha hecho que hasta lo más grandes se planteen sus modelos de negocio, una reconversión en toda regla que hace posible cenar un menú gastronómico en casa o una selección tapas y creaciones bajo el sello de un Michelín a un precio (en muchos casos) mucho más ajustado pero siempre manteniendo la esencia y la filosofía de cada uno de los locales.
Los hay de todo tipo -tradicionales, mexicanos, de vanguardia, centrados en los arroces, en las carnes o en la cocina saludable-, para todos los gustos y bajo diferentes modelos de -menú gastronómico, tapeo o a la carta, incluso algunos con un número limitado de pedidos como los delivery de GoXO de Dabiz Muñoz-.
Los Michelín se reinventan. Y lo hacen para entregar a casa o para recoger en el propio local, cada uno con un horario y unas normas diferentes pero todos manteniendo la esencia del trabajo que realizan en su restaurante y la máxima calidad. Una forma de ayudarse ellos mismos a ponerse en marcha pero también de ayudar a los productores y hacer felices a todos aquellos que los piden en sus casas.