Zoco y mantel

Seis restaurante de Marrakech donde descansar del street food

Más allá de los puestos callejeros y del alboroto gastronómico del zoco, estas direcciones se presentan como un oasis de tranquilidad y sabor.

Entre las montañas del Atlas y el mar Atlántico existe una ciudad, tan exótica como misteriosa, que desde hace unos años se ha convertido en uno de los destinos más demandados. Y no sólo para recorrerla culturalmente sino, también, para descubrirla desde su bagaje culinario. Se trata de Marrakech. Un destino donde la gastronomía se posiciona en el centro del viaje para hacer descubrir a sus viajeros una cultura diferente a través de la cocina. Los tajines, el cuscús, la ensalada árabe, la pastela, el kibbeh o el shawarma, son solo algunas de las recetas que podrás probar en algunos de estos locales. Además de los dulces típicos árabes acompañados de su clásico té.

Marrakech es perderse por las calles de su medina hasta llegar a la Plaza de Jemaa el Fna, donde se concentra la vida social, y salir a conocer sus tranquilos alrededores donde se encuentran los Jardines de Menara, Majorelle o l’Agdal. Entre todas esas callejuelas que la rodean, que dan a un lado y a otro, existen numerosos restaurantes para descubrir la gastronomía local desde otro punto de vista. Cocina tradicional, con toque francés, con influencia internacional y hasta gastronómica. Marrakech está en ebullición, culinariamente hablando.

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Nomad

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Nomad

Nomad nació en el año 2014, cuando Kamal Laftimi y Sebastian de Gzell se hicieron cargo de una antigua tienda de alfombras en la Plaza de las Especias y decidieron transformar ese privilegiado espacio con azotea en un restaurante de carácter internacional. Para ello se apoyaron en el diseñador de interiores Romain Meniere, quién les ayudó a transformar los cuatro pisos del edificio en diferentes comedores y en una terraza con dos niveles cuyas vistas dan a los alrededores de la medina y las montañas del Atlas.

Su cocina ofrece gastronomía marroquí moderna, es decir, toma de base la cocina local tradicional y se inspira en platos internacionales para ofrecer un menú acorde a su filosofía. Es por eso por lo que hace énfasis en el uso de productos locales árabes y en la importancia que para ellos tiene la dieta vegetariana, aunque hay opciones para todos los gustos. Razones no le faltan para ser el restaurante de moda en Marrakech.

Café Le Studio

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Café Le Studio

Le Studio toma su nombre por el lugar en el que se asienta, el estudio del famoso modisto francés Yves Saint Laurent, quién vivó allí durante los últimos años de su vida y cuya casa se ha convertido en un espacio de peregrinación para los amantes de la moda, el diseño, la arquitectura y ahora también de la gastronomía. Como no podía ser de otra forma, su escueta carta se centra en una minuciosa y cuidada selección de platos tradicionales de origen tanto árabe como francés, haciendo un guiño a los orígenes del modisto. Una opción perfecta para todo aquel que busque salirse de la gastro-rutina marroquí.

Café Atay

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Café Atay

En pleno corazón de la medina se encuentra una terraza con vistas a su maravilloso entramado de callejuelas. Se trata de Café Atay, un lugar al que merece la pena subir a comer o tomar té árabe, sólo por su panorámica. Se encuentra cerca de la Madrasa de Ben Youssef y su carta se centra en la cocina tradicional local con productos de proximidad. El truco de este café es subir hasta la última planta, donde se encuentran las mejores perspectivas.

Le Jardin

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Le Jardin

No todos los restaurantes bonitos son azoteas ni tienen unas vistas espectaculares. Es lo que sucede con Le Jardin. Se trata del patio interior de un riad localizado en los alrededores de Jemaa el Fna que hace las veces de café y restaurante. El edificio, del siglo XVI cuyo diseño se basa en el apogeo del Marrakech de los años 60 y 70, está lleno de plantas, árboles y pajaritos creando una atmósfera fresca, en colores verde y agua marina, diseñada por la arquitecta de interiores Anne Favier. Un espacio que traslada al visitante a un entorno exótico y relajado que se convierte en un auténtico oasis dentro del caos de la ciudad. Su cocina está a medio camino entre lo tradicional marroquí y lo europeo y se combina con cócteles hechos al momento y zumos de frutas de kilómetro cero.

Dar Zellij

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Dar Zellij

Entre la locura de sus callejuelas se encuentra dentro del tranquilo Riad Dar Chérifa, el restaurante Dar Zellij. Ambos están localizados en un edificio del siglo XVII, en un espacio dedicado además de a sus huéspedes, al impulso del arte y la cultura. De sus paredes siempre cuelgan obras de arte y exposiciones temporales con el objetivo de dar a conocer la cultura y el arte local. De ahí que no sorprenda que su restaurante esté enfocado a la parte más gastronómica, para dejar ver a huéspedes y clientes todo el esplendor de la cocina marroquí. Además su carta y menús degustación, de corte tradicional, son considerados Patrimonio Cultural de la medina de Marrakech. Una forma de invitar a los comensales a descubrir su gastronomía entorno a la cultura que la rodea.

Chez Chegrouni

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Chez Chegrouni

La Plaza Jemaa el Fna es el centro neurálgico de Marrakech, un símbolo desde la fundación de la ciudad en el siglo XI y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. También es el lugar en el que disfrutar de la gastronomía árabe al mejor precio y en toda su esencia. Se puede comer en sus puestos, en los que degustar la cocina típica tradicional desde el desayuno hasta la cena, o en los restaurantes que la rodean, con el plus del disfrute de sus vistas. Entre ellos está Chez Chegrouni, uno de los restaurantes que podría considerarse de los mejores de toda la plaza. De este local no se pueden esperar grandes lujos ni cocina fusión o internacional, a Chegrouni se va a probar platos típicos como el tajine, la pastilla o el cous-cous. Tampoco se sirve alcohol, como buen restaurante árabe.

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