Los descartes, el destrío, lo desestimado, lo marginado o, lo que es lo mismo, las verduras feas. No llegan a supermercados, a lineales ni a comercios. Las frutas, hortalizas y verduras con defectos se convierten en desechos forzados en el momento de la recolección. Más bien, en compost, porque sus agricultores no tienen a quién vendérselas. Sin embargo, son alimento.